La noticia de la venta de la Fábrica de Armas a Nammo cogió por sorpresa a la plantilla, y es que se enteraron en una reunión mantenida ayer por la mañana en la que se les comunicó esta trasferencia.

Carlos Collantes, del Comité de Empresa, explicó que la noticia fue recibida «con una tranquilidad tensa», y es que la inesperada venta ha causado cierto estupor entre los trabajadores, aunque recordó que esta trasferencia no es el paso definitivo y «también tienen que negociar con el Comité de Empresa».

 

Al respecto, comentó que «todavía somos de Santa Bárbara» e insistió en que todo lo acordado con esta empresa se mantiene. Asimismo, subrayó que no se trata de un proceso de venta normal, «esto no es una fábrica de galletas, es estratégica», al tiempo que aseguró que el proceso se prolongará en el tiempo «ya que llevará una serie de trámites que se pueden alargar hasta seis, ocho o diez meses».

 

En este período habrá reuniones entre la nueva Dirección y los representantes de los trabajadores «porque tendremos que negociar unas garantías y un plan de futuro», por lo que esperan que un representante de la firma noruega se ponga en contacto con el Comité y se sienten a hablar sobre las condiciones.

 

Por su parte, MCA-UGT ha mostrado su rechazo a la venta por considerar que «vulnera los más elementales principios éticos, morales y legales, y provoca, una vez más, una fractura de la confianza entre las partes, cuyas consecuencias serán responsabilidad exclusiva de la Dirección de General Dynamics».

 

La Federación afirma que la venta «supone un atentado al acuerdo en vigor firmado entre las partes (Plan de Transformación), a los trabajadores de la fábrica de Palencia y a sus representantes legales» y exige una reunión «urgente» con el consejero delegado de Santa Bárbara Sistemas «para conocer los pormenores de la venta» y con el Ministerio de Defensa, como propietario de los terrenos e instalaciones de la fábrica de Palencia.