May y Corbyn dan un paso al frente

Efe
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Los líderes conservadores y laboristas mantienen una reunión "constructiva" para intentar encontrar una postura conjunta para un Brexit con acuerdo

May y Corbyn dan un paso al frente juntos - Foto: FACUNDO ARRIZABALAGA

El líder de la oposición en el Reino Unido, el laborista Jeremy Corbyn, pidió a la primera ministra, Theresa May, más flexibilidad en sus líneas rojas para avanzar hacia un plan conjunto del Brexit que pueda obtener una mayoría en el Parlamento.

Corbyn, que defiende forjar una unión aduanera con el resto de países de la Unión Europea (UE), advirtió que el Gobierno deberá acercar su postura hacia las propuestas laboristas si quiere encontrar un terreno común.

"No ha habido tantos cambios como yo esperaba", explicó el laborista tras reunirse con May, que ayer le tendió la mano para tratar de desbloquear el proceso del salida.

La mandataria conservadora "debe encontrar algo que sea aceptable para el Parlamento, que se mueva en dirección hacia lo que he dicho que quiere el Partido Laborista", recalcó.

Ambos volverán a reunirse hoy, tras un primer encuentro que Corbyn definió como "útil", pero "no concluyente", y la primera ministra como "constructivo".

May prevé pedir una nueva prórroga a la ruptura con la UE, más allá de la actual fecha límite, el 12 de abril, y utilizar ese tiempo agregado para intentar que la oposición contribuya a ratificar su acuerdo, que ha sido rechazado en tres ocasiones por amplia mayoría en el Parlamento.

La decisión de embarcar a los laboristas en el proceso de divorcio ha indignado a la facción euroescéptica del Partido Conservador, la misma que ha bloqueado hasta ahora la aprobación del pacto.

Los tories euroescépticos consideran que una unión aduanera limitaría la capacidad del Reino Unido para firmar tratados comerciales con terceros países, un problema similar al que ven en el mecanismo de salvaguarda para evitar una frontera en Irlanda del Norte, el principal punto negro del acuerdo a ojos de esa facción.

El giro de timón de May amenaza con ampliar la fractura entre los dos bandos enfrentados dentro del Partido Conservador y ha precipitado la dimisión de dos secretarios de Estado en las últimas horas.

Segundo referéndum. Los laboristas, por su parte, también afrontan las negociaciones con cierta división. El ala proeuropea de la formación de Corbyn presiona para que su líder ponga sobre la mesa la convocatoria de un segundo referéndum sobre el Brexit.

El líder laborista, sin embargo, ha sugerido que no se plantea esa opción si llega a un acuerdo con May, dado que en ese caso estaría satisfecho con las condiciones de salida de la UE pactadas.

"Querríamos defender la opción de un voto popular para evitar estrellarnos (fuera de la UE sin un acuerdo) o bien para prevenir una salida con un mal acuerdo", recalcó Corbyn.

La postura ha provocado malestar entre algunos diputados de la oposición. La portavoz de Exteriores laborista, Emily Thornberry, envió una carta a todos sus compañeros de bancada defendiendo la necesidad de que Corbyn acepte convocar un plebiscito en cualquier caso.

El resto de fuerzas minoritarias de la oposición exigieron asimismo que cualquier acuerdo que pueda llegar a aprobar la Cámara de los Comunes se someta a la "confirmación" de los británicos en una consulta.

May prevé continuar negociando contrarreloj con los laboristas para tratar de llegar a la cumbre extraordinaria de líderes europeos prevista para la próxima semana con un acuerdo aprobado, o bien con una perspectiva creíble de que puede cumplir con ese objetivo.

Las autoridades comunitarias han subrayado en los últimos días que el Reino Unido deberá presentar una hoja de ruta factible para ratificar un tratado de salida si quiere garantizarse una extensión.

A pesar de los contactos con la oposición que ha iniciado el Gobierno conservador, diversas voces a ambos lados del canal de la Mancha han advertido en las últimas horas de que no ha desaparecido el riesgo de que el 12 de abril se produzca un divorcio no negociado.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, alertó de que ese escenario es cada vez "más y más probable", mientras que el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, ve "alarmantemente alta" la posibilidad de que eso ocurra.