La paradoja de los uniformes

DP
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La Diputación entregó ayer a Sergio García el III Premio de Poesía Jorge Manrique, que convoca con la colaboración del Ayuntamiento de Paredes

La paradoja de los uniformes - Foto: Óscar Navarro

El escritor cubano Sergio García Zamora recogió ayer el III Premio Internacional de Poesía Jorge Manrique, dotado con 6.000 euros y la publicación de la obra. Los uniformes, que se impuso entre 146 originales, le ha convertido en el primer extranjero que lo gana, tras lograrlo el sevillano Alejandro Martín y la valenciana Mercedes Carrión en las dos primeras ediciones. En palabras del galardonado, que considera un «honor» recibir un  reconocimiento que lleva el nombre del poeta paredeño, Jorge Manrique es «uno de los autores esenciales y demuestra, una vez más, que basta un poema, una página y, a veces, un verso para quedar inscrito en la historia y en el alma de los hombres».  

«Se enfrentó a la muerte, que es el tema más difícil y más arduo que puede tratar un autor, y hacerlo en la forma que él lo hizo es un seguro lugar en la historia de la literatura de cualquier lengua», incidió García Zamora, para quien Manrique es «patrimonio del espíritu, y el espíritu habla todas las lenguas». «Estoy descubriendo la España secreta y por lo tanto la mejor España», subrayó.

Sergio García explicó sobre Los uniformes que «algo como la ropa, que llevamos  a veces sin pensar en ella», fue lo que le atrajo para «hablar de lo esencial del ser humano». Son poemas que «van contraponiéndose; la desnudez, como primera rebeldía del hombre, tiene la contraparte de los uniformes. En sí mismo son antitéticos, a la vez que conceden una identidad te la roban, ya no eres la persona con nombres y apellidos, con una historia personal, sino que pasas a ser el militar, el estudiante o el guarda. Esa paradoja a mí me atrae mucho, algo que te concede una identidad a la vez te roba la personalidad», afirmó. 

Los uniformes consta de «45 textos, como concibo casi todos mis libros; es para mí un número mágico. Espero que el lector puede descubrir los diferentes niveles. Mi literatura quiere mezclar a partes iguales entraña y cultura», manifestó el escritor cubano. «El verdadero poeta -incidió- a medida que madura se va despojando de la referencialidad». Comparte con el jurado que la obra premiada es «unitaria», algo que  afirma le «aterra» porque es un poeta que «quiere escribir el poema con mayúsculas, no la sumatoria de los textos».

‘el kimono’. El libro «tiene también una lectura geográfica», y es que «secretamente» lo concibió «desde occidente hasta el oriente». Hace referencia a los uniformes de la guerra de Secesión -sin hablar de Norteamérica-, los trajes típicos de México, que es un país que le encanta, y pasa por España, Francia e Inglaterra hasta llegar a China y Japón. «Uno de los últimos poemas se titula El El kimono y es una suerte de lección. El sujeto lírico trata de comprarse un kimono, pero después no lo emplea porque, según dice, lo que quería era aprender a tener paciencia. Pacientemente esperó y guardó su dinero para poder comprarlo. Después lo dejó como una cosa que no era utilitaria, sino simbólica», explicó.

La Diputación instauró el galardón en colaboración con el Ayuntamiento de Paredes de Nava porque «era de justicia que Jorge Manrique tuviera un premio», afirmó la presidenta de la institución provincial, Ángeles Armisén. Esta quiso, asimismo, reconocer al jurado, que «desde el primer día se ha comprometido». «Lo organiza la Diputación, pero lo conceden grandes poetas y poetisas», señaló, para a renglón seguido añadir -dirigiéndose  a García Zamora- que recibir un premio que avalan personas de la trayectoria de Luis Alberto de Cuenca «es el inicio de una gran carrera; que te premien los tuyos, sin duda, tiene una mayor importancia»; y «nos acordaremos de estos Uniformes en la trayectoria de quien, para algunos de los miembros del jurado, va a ser uno de los grandes autores hispanoamericanos en los próximos años». 

Sergio García Zamora es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas. Ha publicado más de una veintena de poemarios y ha obtenido varios premios nacionales de poesía en su país -Eliseo Diego, Emilio Ballagas, José Jacinto Milanés y Regino Boti-, así como el Premio Internacional de Poesía Rubén Darío, en Nicaragua; y en España, el Premio Loewe a la Creación Joven, con El frío de vivir, 2017; el Premio Internacional de Poesía Gabriel Celaya con Diario de un buen recluso; y el Premio de Poesía Blas de Otero-Majadahonda, con La canción del crucificado, ambos en 2018.