Una siembra de invierno irregular en un mal año

E.M.
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En la zona norte, el agua ha impedido la siembra de cereal, aunque en el resto de la provincia las labores se han desarrollado de forma aceptable. La sequía y los topillos han traído de cabeza a los profesionales

Una siembra de invierno irregular en un mal año - Foto: Javier Pozo

Una siembra desigual dependiendo de la zona, pero bastante satisfactoria en su conjunto. Esa es la conclusión a la que llegan los responsables de las organizaciones agrarias de la provincia, que argumentan que la sementera se retrasó por miedo a la presencia de topillos y lluvias, pero finalmente se ha desarrollado en buenas condiciones.

Eso sí, dependiendo de la zona se puede hablar de una mayor o menor satisfacción en este sentido, pues no ha sido regular en toda la provincia. Así, en la zona norte, el agua ha impedido la siembra de cereal, pero en el resto de la provincia no ha habido problemas y las labores se han desarrollado de forma aceptable.

«Es verdad que desde la localidad de Saldaña para arriba no se ha podido hacer nada porque no ha dejado de llover, pero en el conjunto de la provincia se puede decir que ha sido mejor que cualquier otro año», apunta el secretario provincial de UPA, Raúl Azpeleta.

Por su parte, David Tejerina, responsable de COAG Palencia, explica que ahora se están llevando a cabo las labores de arado y alzada para el girasol y los cultivos de primavera. «El maíz se está retrasando porque hay muchas zonas en las que no se puede entrar con la maquinaria, mientras que en algunas tierras no se ha sacado la remolacha».

Respecto al año que se cierra y en el que los profesionales del campo han vivido momentos para todos los gustos, la coincidencia se centra en que ha sido bastante negativo, teniendo en cuenta la sequía vivida durante una gran parte de 2019, sumada a la plaga de topillos que ha traído de cabeza a los agricultores de la provincia todo el verano.

«Al final, en regadío podemos hablar de una campaña aceptable, a pesar del déficit de agua, pero en secano ha sido bastante desigual, pues ha habido zonas de cosecha bastante malas y otras en las que ha sido aceptable», argumenta el presidente de Asaja Palencia, Honorato Meneses.

Para Tejerina,«no ha sido tan catastrófico como el 2016, porque en regadío se han salvado los trastos, pero en secano ha sido un año desigual en el que malamente se han cubierto los costes».

En esa línea se mantiene Azpeleta, quien califica el año de «corto» en cuanto a la cosecha, pues habla de un 80% en cereal y un 50% en los forrajes. Esta opinión es también compartida por el responsable de Asaja, que añade que «los forrajes han sido los grandes perjudicados», en un año que tiene claro ha sido «bastante malo». Desde COAG se valora que, «el haber vivido bastantes años malos consecutivos está provocando que la economía del sector se resienta», apunta David Tejerina. Así, argumenta que hay muchos profesionales que van arrastrando préstamos y, de no mejorar la situación, no van a poder hacerlos frente.

«Los gastos cada vez son mayores y en las épocas de crisis ha sido necesario solicitar ayudas, pero ahora hay que hacer frente a esos pagos y muchos agricultores y ganaderos están bajo mínimos», argumenta. A ello se su suma la falta de relevo generacional, lo que cada vez preocupa más al sector. «En la agricultura todavía se puede encontrar gente que quiera ponerse a trabajar el campo, pero la ganadería es demasiado sacrificada como para que nadie quiera emprender un proyecto, ni quienes lo tiene cerca continúan con ello», aseguran los responsables de las organizaciones agrarias.

nueva pac. Las plagas, en especial la de topillos y en menor medida de conejos, han sido uno de los grandes problemas del sector en el año que termina. De ahí que se espera que  la plaga no siga extendiéndose a lo largo de los próximos meses pues, de lo contrario, se piensa que los daños en el campo serían importantes.

Con la vista puesta en el 2020, la negociación de la Política Agraria Común (PAC) es el principal reto que tiene el sector, pues aunque el documento no se prevé que entre en vigor antes del año 2022, la principal negociación se desarrollará durante el primer semestre del próximo año. «El mayor miedo es que pongan una PAC tan sumamente ecológica que no nos dejen sobrevivir», apunta el responsable provincial de COAG.

En este sentido, el consejero de Agricultura y Ganadería, Jesús Julio Carnero, ha señalado que, ante la reforma de la Política Agraria Común que se está negociando, la región cuenta con una posición común sólida apoyada por el conjunto del sector. Ha destacado que el presupuesto actual de la PAC se debe mantener, tanto en lo que a ayudas directas se refiere como a las partidas incluidas en el Programa de Desarrollo Rural, «y si los estados miembros tienen que poner más fondos que lo hagan», en palabras de Carnero. «Para la comunidad es imprescindible que la nueva PAC suponga un claro apoyo a las ayudas asociadas a determinadas producciones estratégicas, como la ganadería y la remolacha», apuntó.