Un año. Ese es el tiempo que ha transcurrido para que los caminos del Palencia baloncesto, ahora denominado Destino Palencia, y de Aitor Zubizarreta vuelvan a juntarse.
Su experiencia en Cáceres ha sido todo un éxito para el jugador vasco (Azpeitia, 1995) tanto en lo personal como en lo colectivo, una dinámica positiva que se vio interrumpida por el coronavirus. Pese a su juventud, el base de 1,91 metros cuenta con una gran experiencia, incluidos cuatro años en Estados Unidos.
Ahora llega con gran ambición e ilusión por seguir creciendo como jugador en una ciudad y un equipo a los que tiene mucho cariño. «Un base físico que se esfuerza mucho todos los días, que puede aportarle un poco de juventud y de ritmo al juego, con un buen tiro desde fuera y que le gusta el bloqueo directo y salir rápido al contraataque», es la carta de presentación del nuevo fichaje morado. Un proyecto palentino que se va perfilando con jugadores que conocen como pocos la categoría.

TRAYECTORIA. Los inicios de Aitor Zubizarreta se remontan a su infancia en su Azpeitia natal: «En el equipo de mi pueblo, el Iraurgi Saski Baloia, fue en el que di mis primeros pasos en el baloncesto, sobre todo porque mi padre era entrenador y llevaba muchos años en el club. De pequeño iba a muchos partidos de mi hermano mayor y entonces decidí empezar a jugar estando en el equipo de mi pueblo hasta los 18 años en los que llegué a jugar con la selección del País Vasco».
Tras salir del pueblo, «marché a Estados Unidos donde estuve cuatro años. Luego firmé mi primer contrato profesional con el Bilbao Básket, estando cedido de nuevo en el club de Azpeitia. Entonces decido venir a Palencia un año, luego el Cáceres otro año y ahora de nuevo a Palencia».

El ansiado regreso de Aitor Zubizarreta - Foto: Óscar Navarro

ETAPA EN CÁCERES. Aitor Zubizarreta ya venía despuntando conforme con cada paso que iba dando en su carrera, pero su último año en Cáceres, potenciado por un excelente rendimiento del equipo, ha mostrado aún más las cualidades del jugador guipuzcoano.
«Me he encontrado muy bien, muy cómodo. Fui de menos a más. Como grupo hicimos un año muy bueno estando en las posiciones de play-off antes del parón. En la segunda vuelta creo que llevábamos seis de siete victorias. Tras un año muy complicado del que venía el club, lo que hicimos el año pasado fue algo inolvidable», relata.
La afición tuvo un papel muy destacado en todo ello. «Intentamos enganchar a la afición llevando cada vez más gente al pabellón. La verdad es que lo pasamos muy bien todos», afirma un base que promedió en 20 minutos, 6,7 puntos y 2,5 asistencias durante su estancia en el equipo extremeño.

PALENCIA BALONCESTO. Su gran temporada en el Cáceres no ha pasado desapercibida en las oficinas del Destino Palencia.

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