En 1971 más de mil niños y niñas procedentes de los 29 pueblos y siete fincas de la comarca de Carrión recibieron sus primeras clases en el nuevo colegio y también su primera comida. Fue entonces cuando el CEIP Marqués de Santillana abría sus puertas en la ciudad de los Condes para comenzar a educar a los más jóvenes de la zona y prepararlos para la vida adulta, ya que se ponía en vigor la mítica EGB (Enseñanza General Básica) que desde 1º hasta 8º, en edades comprendidas entre los 6 y 14 años, daba acceso a la nueva titulación del Graduado Escolar, equivalente al antiguo Bachillerato Elemental.

Sin embargo, atrás quedaron esos años en los que las aulas estaban llenas de niños y debían recurrir a otros espacios, así como la metodología educativa, hoy totalmente renovada y adaptada a los nuevos tiempo. Y es que, cincuenta años después no solo han cambiado los alumnos, sino también los profesores. Ese sí, siempre centrados en educar y enseñar de la mejor manera posible. 

La pandemia ha impedido que la celebración del quincuagésimo aniversario se pudiera llevar a cabo de la manera deseada, pero sí ha permitido que el alumnado cantara el cumpleaños feliz y grabara un vídeo difundido a través de la página de Facebook del centro. Además, los menores escribieron cartas de felicitación, haciendo que este curso académico fuera aún más especial. 

El centro. La educación es clave para el Marqués de Santillana, el colegio de Educación Infantil y Primaria ubicado en Carrión de los Condes. Por eso lleva a cabo diversos programas de enseñanza centrados en mejorar las capacidades de sus alumnos. Uno de ellos es Reto, fundamentado en el respeto, la empatía y la tolerancia, sin olvidar las emociones, ya que se trabaja en reforzarlas.

Por otro lado, el colegio forma parte del programa Escuelas para la Sostenibilidad que desarrolla la Diputación, con lo que fomenta el cuidado por el medio ambiente. En este caso, se realizan diversas actividades encaminadas a inculcar hábitos relacionados con el reciclaje, sobre todo a través de la colocación de diversos cubos en los distintos pasillos del centro para ayudar al alumnado a separar los residuos. A todo ello se suma la creación de murales para conocer la huella ecológica.

Tampoco hay que olvidar el servicio de comedor escolar que aún se mantiene para todos los niños, tanto los de Carrión como para los que acuden de otras localidades próximas, completado a su vez con Madrugadores, para ayudar a conciliar la vida laboral y familiar de los padres.