Los procuradores socialistas por Palencia, Jesús Guerrero, Consolación Pablos y Rubén Illera, han reclamado en las Cortes que se inste a la Junta de Castilla y León a presentar en el primer semestre del año 2020 un Plan de Desarrollo Turístico de la provincia de Palencia que contemple compromisos económicos plurianuales empezando por los nuevos presupuestos del 2020, para que la provincia mejore de manera sustancial sus resultados en materia turística y permita luchar contra la despoblación más eficazmente.
Desde el PSOE se recuerda que la provincia de Palencia es la última de España en materia turística desde hace muchos años, contándose con los peores datos en pernoctaciones, viajeros, número de empleos del sector turístico, establecimientos y plazas. Así lo confirman mes a mes y año tras año la Encuesta de Ocupación Hotelera del INE y el Boletín de Coyuntura Turística de Castilla y León. Desde el año 2014 hasta el 2019, por recabar los datos de los últimos seis ejercicios, la provincia de Palencia ha sido la última en número de viajeros recibidos 65 meses de los 72 de esos 6 años. Ha ocupado el puesto 49 en 6 meses y 1 mes fue la provincia número 48.
De la misma manera Palencia es la última provincia en generar empleo relacionado con el turismo y la hostelería. En el año 2019 se contabilizan 212 empleados en diciembre que fue el peor mes del año, y en el mejor, que fue julio 334. También en este aspecto la provincia palentina fue la última de España, solo superando a Ceuta y Melilla. Y remontándose a ejercicios anteriores la situación es similar. Ni siquiera el año de “Las Edades del Hombre” en Aguilar de Campoo, el 2018, cambió la situación, el peor mes que fue enero tuvo 206 empleados y en el mejor, julio, fueron 326. Datos peores que los del 2019.
La Junta y la Diputación, más allá del autobombo propagandístico en ferias, como INTUR o la reciente FITUR, no hacen sino perpetuar unas políticas ineficaces que llevan a Palencia a estar a la cola de las 50 provincias de España. Palencia solamente adelanta a Ceuta y Melilla. Y es una situación por desgracia consolidada desde hace más de una década.
Ambas instituciones han fracasado estrepitosamente, no han sabido desarrollar el potencial de la provincia de Palencia en cuanto a sus valores y ofertas naturales, monumentales, culturales, gastronómicas, etc. Y solo caben dos opciones. Continuar con lo que se viene haciendo desde la Junta de Castilla y León, detentadora de las competencias plenas en materia turística, la Diputación de Palencia y los ayuntamientos de la provincia, especialmente el de la capital, con los resultados que constatamos año a año: ser la última provincia de España en turismo y eso si autobombos propagandísticos sin límite. O bien hay que realizar políticas comprometidas con la provincia de Palencia para cambiar la situación empezando por elaborar un plan de desarrollo turístico con presupuestos plurianuales y estrategias de proyección nacional e internacional, así como programas para incrementar la iniciativa privada del sector. Este plan hay que llevarlo a cabo mediante la colaboración de las entidades locales, los agentes de desarrollo rural, los empresarios del sector y las instituciones palentinas que deseen participar como la propia sociedad civil.