Londres y Bruselas podrán imponerse aranceles como sanciones

EFE
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Tanto la UE como Reino Unido prometen en el pacto pos-Brexit a no rebajar sus actuales estándares laborales, sociales, medioambientales o climáticos, pero si alguna parte incumple se podrá tomar medidas unilaterales para resolver ese desequilibrio

Londres y Bruselas podrán imponerse aranceles como sanciones - Foto: CHRISTOPHE PETIT TESSON

El acuerdo sobre la relación comercial entre la Unión Europea (UE) y Reino Unido tras el Brexit incluye un mecanismo para garantizar una competencia justa entre las partes, por la que Bruselas podrá imponer sanciones en forma de aranceles a Londres por rebajar sus estándares en ámbitos como el medioambiente.

El Reino Unido podrá hacer lo mismo con los Veintisiete si es el club comunitario el que aprueba unos estándares más laxos.

Según explicaron fuentes comunitarias, Londres y Bruselas se han comprometido en el pacto a no rebajar sus actuales estándares laborales, sociales, medioambientales o climáticos.

Si con el paso del tiempo las regulaciones de los bloques empiezan a divergir porque una de las partes aplica normas más laxas y esas reglas tienen un impacto en el comercio y la inversión, la otra parte puede tomar medidas unilaterales para resolver ese desequilibrio.

Se trataría, por ejemplo, de imponer aranceles sobre productos o aplicar otras medidas que limiten los beneficios del acuerdo comercial.

Por otro lado, Londres y Bruselas han pactado principios comunes y vinculantes para garantizar el control de las ayudas de Estado que deberán seguirse a la hora de permitir o impedir un subsidio.

En este ámbito se han fijado mecanismos nacionales para garantizar la aplicación de esos principios, "con un papel para una autoridad independiente", dijeron las fuentes.

Además, los tribunales estarán involucrados a la hora de recuperar cualquier ayuda de Estado ilegal.

En caso de desacuerdo entre el Reino Unido y los Veintisiete sobre si una ayuda de Estado es legal o ilegal, habrá mecanismos para resolver disputas y la posibilidad de aplicar medidas autónomas "con rapidez".

El objetivo es garantizar una competencia justa entre las empresas británicas y de la UE, de forma que las compañías de una de las partes no operen en condiciones más ventajosas que las del otro bloque en el mercado único comunitario.

Las condiciones para asegurar una competencia justa han sido uno de los puntos más conflictivos de la negociación.