Carmen Arroyo

La Quinta

Carmen Arroyo


Astudillo, la cerámica

13/01/2022

En mis manos el fascículo número 51 de Apuntes Palentinos, año 1983, escrito por Arturo Losmozos y Manuel Manrique González, en la colección que dirigía Casilda Ordóñez y, editaba la Obra Cultural de la Caja de Ahorros de Palencia. Tiempo de antaño cuando compartían parte de sus ganancias en Cultura. En la Caja dejaban sus dineros, mucho, si se tenía, o la paga si se estaba en activo. La vida cambia, no siempre para mejor. Leí, hace unos días, en Diario Palentino, que León Javier Sancho, primo carnal de mi querida amiga Fé, se ha jubilado como artesano del barro. Su obra avala su pericia. El Ayuntamiento, y ¡mira que funciona bien el de Astudillo!, pudo haber apoyado una escuela de artesanía del barro para que el noble arte uniera oficio y tradición. En Apuntes Palentinos quedó escrito que «La desaparición de este arte es ya un hecho irremediable con la jubilación de Félix Moreno, el último alfarero de la provincia antes del nacimiento de los nuevos ceramistas palentinos». Uno de ellos, León Javier Sancho. Dos jubilaciones separadas por el tiempo.
Enumero la industria perdida  y gracias a la que destacó Astudillo: En 1612 el Rey «concede a la villa licencia temporal para fabricar paños docenos y expenderlos fuera del pueblo». Alcanzó su apogeo en el siglo XVIII. La última fábrica, en 1918, a orillas del Pisuerga, fue La Aurora. El «yeso, actividad de subsistencia» en las laderas del pueblo. Fueron, afamados los trillos. Entre varias familias hacían unos dos mil al año y el trabajo de arreglo de aquellos, reponiendo las pernalas rotas o perdidas con el uso, otro ingreso. La arcilla que en «el pago de Campos era muy abundante y usada por los cacharreros, para hacer botijos, cántaras, botijas, cuencos y cacharritos que se utilizaban en casa y en el campo. Había dos familias de cacharreros. El proceso era lento y trabajoso: preparación del barro, secado al sol, cocción en horno de leña, uno al año, con tanto por ciento de elevado de piezas rotas».
En 1987, comienza a participar en ferias León Javier Sancho. De Astudillo conservo con especial cariño el bellísimo botijo de La Pasión, de tono dorado miel. El próximo jueves conoceremos más detalles, facilitados por el propio artista, de cómo se inició en el noble arte rural.