Dulzura en clausura o el tirón del producto conventual

DP
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La muestra resultó un éxito, de tal manera que se decidió ampliar y abrir también ayer por la tarde

Dulzura en clausura o el tirón del producto conventual - Foto: Óscar Navarro

El agradecimiento fue, concluida la cuarta edición de Dulzura en clausura, el sentimiento común, y «gracias» la palabra más repetida entre las religiosas de vida contemplativa de la Diócesis y los voluntarios participantes en la muestra, cita obligada para todos aquellos apasionados de los dulces artesanales, sin olvidar que con la compra de estos productos se contribuye al sostenimiento de estos conventos, que tienen en la repostería una fuente importante de ingresos. Ese fue uno de los objetivos con los que nació en diciembre de 2016 esta iniciativa promovida por el obispo, Manuel Herrero, a quien las monjas coincidieron en reconocer el valor de una invitación que persigue también dar a conocer su trabajo artesanal, facilitar y posibilitar la adquisición de las elaboraciones conventuales al acercárselas al consumidor que, de otra manera, tendría que desplazarse a los monasterios, donde habitualmente se venden.

Esta cuarta edición de Dulzura en clausura se cerró con unas ventas que resume un «muy bien». Un   ejemplo puede ser el de las virutas de San José,  del monasterio de Santa Clara de Carrión de los Condes, que se quedó sin existencias. Una circunstancia que se quiso destacar fue que los asistentes, en su deseo de colaborar con todas las comunidades, picaron en más de un puesto.

Vista la acogida, con un sábado especialmente multitudinario, se decidió ampliar la muestra y, pese a que estaba anunciada hasta las 14 horas de ayer, abrió por la tarde de 17 a 20,30. Participaron las brígidas del Santísimo Salvador y Santa Brígida (Paredes de Nava), las cistercienses de Nuestra Señora de Alconada (Ampudia) y Sta. María y San Andrés de Arroyo (San Andrés de Arroyo), las clarisas  de Ntra. Sra. de la Consolación (Calabazanos) y Santa Clara (Carrión), las dominicas de Ntra. Sra. de la Piedad (Palencia) y las carmelitas de la Santísima Trinidad (Carrión).