Piden que se ponga freno a 15 macrogranjas de porcino

J. Benito Iglesias
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Más de 200 personas de Meseta Limpia, Comarcas Vivas y Valdavia Viva reclaman a la Junta en la capital una moratoria en la concesión de licencias y estudios medioambientales, económicos y demográficos

Piden que se ponga freno a 15 macrogranjas de porcino - Foto: Sara Muniosguren

«Ni en tu pueblo ni en el mío», «No a las macrogranjas», «Los pueblos se vacían cuando se llenan de cerdos» y «Al campo palentino nos lo llenan de porcino». Estas y otras máximas se lanzaron ayer en el parque del Salón, calle Mayor y plaza Mayor por parte de los más de 200 integrantes de las plataformas Meseta Limpia, Comarcas Vivas y Valdavia Viva, que reclamaron a la Junta una moratoria que frene las licencias de ganadería industrial extensiva para materializar 14 explotaciones en las comarcas de La Vega-Valdavia y Boedo-Ojeda y  una en Tierra de Campos.

«Estamos buscando todos los resquicios legales para evitar que nos llegue toda esta mierda a Palencia y España entera. Se ha autorizado una macrogranja en Meneses de Campos, la más grande de la provincia, y hemos presentado a legaciones a la Confederación Hidrográfica y pedido un estudio de aguas subterráneas. Junto a nuestra manifestación ha habido oras a la vez en Zamora, Segovia, Soria, Salamanca, Toledo, Murcia y Albacete», dijo a DP Nieves Trigueros, portavoz de Meseta Limpia.

En su opinión, las grandes explotaciones de porcino «dañan otros proyectos de ganadería familiar y de turismo rural, el empleo que se crea es mínimo y el impacto ambiental es enorme».

Piden que se ponga freno a 15 macrogranjas de porcinoPiden que se ponga freno a 15 macrogranjas de porcino - Foto: Sara Muniosgurenmanifiesto. Sara Rojo, integrante de Meseta Limpia, leyó un manifiesto donde las comarcas afectadas declararon su firme oposición a la instalación de ganadería industrial. «Estos proyectos hipotecan el futuro y se cuestionan en toda Europa al faltar estudios sobre sus efectos. La gestión que hacen de los purines pone en riesgo los suelos, el  aire y, sobre todo, nuestra agua, contaminando acuíferos por saturación de nitratos», expuso.

En el manifiesto se alegó además que el porcino industrial no es un sector estratégico que fije población y cree riqueza en el mundo rural. «La gente se va, no quieren vivir en un pueblo donde no se puede abrir el grifo ni la ventana y los trabajos prometidos son pocos y precarios». Para los opositores a los proyectos en marcha, las macrogranjas «destruyen más que crean», poniendo en riesgo la economía del municipio donde se instalan y de los colindantes. Además, consideraron que afectan no solo al sector turístico, sino también a la agricultura y a la ganadería de la zona, «además de generarse un consumo de agua desmesurado en este tipo de explotaciones».