La edición más especial

Alberto Moreno
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El XChapuzónNavideño solidario se pudo desarrollar con estrictas medidas de seguridad

La edición más especial - Foto: Óscar Navarro

La organización del Chapuzón Navideño solidario, el Club Oca SOS y el Skull de buceo, tenían en mente que la décima edición fuese especial. Y a fe que lo ha sido, pero muy diferente a lo que tenían en mente debido a la pandemia.

Desde aquel 2011, esta idea que parecía descabellada de lanzarse a las gélidas aguas del Canal de Castilla se ha ido convirtiendo en un clásico navideño, con cientos de espectadores a las orillas de la Dársena de la capital palentina. Cada año ha ido creciendo más, cada edición contaba con el apoyo de una personalidad del deporte palentino (Husillos, Arenas, Ana Isabel Alonso) y en todos los casos recaudando dinero para una causa solidaria.

La edición de este año, como tantos acontecimientos deportivos, peligraba, pero se pudo sacar adelante, cumpliendo de forma escrupulosa con las medidas de seguridad. No en vano, miembros destacados de la organización, como Carlos Guti, han sufrido en sus propias carnes esta enfermedad, contra la cual aún sigue luchando, debido a las secuelas que le ha dejado en su cuerpo. Tanto es así, que por primera vez no pudo lanzarse al agua con su traje de buceo para asistir a los participantes. Tuvo que apoyar desde tierra.

No era lo mismo que otros años, pero era igual: la sonrisa de los participantes, su bendita locura, su solidaridad. Cierto es que faltó el calor del público, dado que por medidas de seguridad se acordonó la zona y sólo podían estar presentes los organizadores, los participantes y sus asistentes; cierto es que faltaron esas casetas en las que se daba chocolate, churros y caldo a los participantes y donde se recaudaban aportaciones dirigidas a la causa solidaria de rigor. Pero también lo es que el espíritu de este Chapuzón solidario se mantuvo, buscando además otras alternativas.

Ante la falta de espectadores, retransmisión on line en directo a través del canal de youtube, con un dron volando. Ante la ausencia de casetas, Churrería Jardinillos tiene a bien invitar a un chocolate y churros a todos los participantes y organizadores hasta el 31 de enero.

En esta ocasión no se eligió a una asociación sin ánimo de lucro para donar los ingresos y aportaciones, sino que se personalizó en la figura de una niña palentina que ha sorprendido a todos por su lucha y entereza, Lucía Cítores. Con 14 años (hace dos) le detectaron una enfermedad rara, el síndrome de Ewing, contra la que ha estado luchando, hasta superarla. Le quedan, pese a todo, secuelas importantes de movilidad en sus piernas. Por ello precisa de silla de ruedas y un intenso trabajo de fisioterapia y para ello su familia necesita recursos económicos. 

El dinero que se recaude en esta ocasión es vía on line, pudiéndose realizar a través de las webs del Club Oca SOIS, Skull Team y de la propia Lucía, que se da por satisfecha por poder visualizar  su caso y especialmente el del cáncer infantil, iniciando una cruzada para que los políticos se sensibilicen y aporten las instituciones regionales y nacionales más recursos para su prevención.

Javier Calaveras era el padrino de honor. Aunque fuese un buen portero de fútbol-sala, su elección no se debió a su palmarés deportivo, sino a su trabajo, el de doctor de urgencias. De esta manera, se  pretendía simbolizar y homenajear no sólo a los sanitarios que tanto están haciendo por nosotros en esta pandemia, sino al resto de colectivos ajenos a la Sanidad  que están luchando frente a frente contra el Covid. Para el próximo año promete tirarse al agua, junto al concejal de deportes, Víctor Torres.

22 valientes. Veintidós eran los nadadores inscritos en esta edición. Por motivos de seguridad, se lanzaron al agua (cuya temperatura era de siete grados, tres más que en el exterior) en tres tandas. No es una actividad competitiva, pero el primero en salir fue el joven nadador de aguas abiertas Jan Antolín, que tomaba parte por primera vez. Otro más que se suma a la causa.