Un hongo del Cerrato actúa contra la procesionaria del pino

David Herrero (Ical)
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El catedrático de Micología Juan Andrés Oria de Rueda asegura que el Cordyceps militaris «es capaz de reducir la plaga de orugas y crisálidas a niveles sorprendentemente bajos»

Un hongo del Cerrato actúa contra la procesionaria del pino - Foto: Brágimo ICAL

La oruga de la procesionaria del pino es una de las plagas más destructivas de los bosques mediterráneos y afecta también a parques y jardines. De la necesidad de buscar soluciones naturales a este grave problema ambiental y social (alergias graves y muerte de mascotas, especialmente perros urbanos), la Cátedra de Micología de la UVa ha descubierto que puede controlarse con un hongo medicinal, que ejerce un control biológico eficaz como ecoinsecticida natural.

Durante la primavera han resultado graves sus ataques en pinares y parques, debido a las altas temperaturas del invierno, hasta el punto de que se registran sus efectos en altas montañas, donde no se había visto hasta ahora. En toda España, de norte a sur, se han sufrido y adelantado sus efectos debido «al mayor calor y unido a la pertinaz escasez de lluvias de estos últimos meses de invierno y comienzos de primavera», señala el catedrático Juan Andréz Oria de Rueda. 

En Castilla y León este problema «es acuciante», pero también Cataluña, Valencia, Castilla-La Mancha, Madrid, Extremadura, Galicia o Andalucía se están viendo especialmente afectados. Aunque hay montes en algunas comarcas o árboles con ello, Palencia «es una provincia poco afectada».

El avance de la Cátedra de Micología, ubicada en el campus de La Yutera, se centra en el hongo medicinal y entomopatógeno, que ataca a insectos, llamado Cordyceps militaris y que se ha descubierto y testado en los pinares de pino piñonero, carrasco y silvestre del Cerrato palentino. Detalla que dicho hongo cultivado in vitro a partir de ejemplares encontrados se añade a orugas y crisálidas de procesionaria. Oria de Rueda deja claro a la Agencia Ical que el hongo Cordyceps militaris es «capaz de reducir la plaga a niveles sorprendentemente bajos». 

«Nos hemos encontrado que materialmente deja de haber procesionaria, pero se orienta a la variedad local del hongo, ya que las asiáticas son más baratas, pero muy poco eficaces». Apostilla que no es excesivamente costoso para el resultado que se obtiene. Además «es natural» y no perjudica ni a animales ni a personas.

múltiples ventajas. Según los estudios desarrollados en los tres últimos años por los investigadores de la Cátedra de Micología, en colaboración con empresas de jardinería y otras especializadas, se han encontrado que algunos hongos silvestres como el citado «pueden llegar a acabar con más del 80 por ciento de las orugas o hasta la totalidad, en algunos casos, de la procesionaria enterrada, resultando inofensivo el tratamiento», explicó Oria de Rueda.

Las orugas de procesionaria «se delatan por los característicos bolsones blancos y sedosos en las ramas de los árboles, sobre todo pinos y cedros, donde se guarecen sus colonias». En primavera descienden en largas filas o procesiones, de donde viene su nombre, hasta el suelo, donde se entierran y pasan a pupas a través de su metamorfosis, comenta. Es en este proceso cuando pueden afectar a la salud de niños y mascotas, pues «están recubiertas de pelos urticantes que dan lugar a irritaciones graves y que, en el caso de los perros, les puede llegar a causar la muerte». 

«Hay 500 especies del género Cordyceps con numerosas variedades. Pero la encontrada en el Cerrato parece ser la más eficaz contra la procesionaria y posiblemente de efectos medicinales más que positivos», asevera el director de la Cátedra de Micología.