Juan Antonio Guadilla lleva seis años trabajando en la actividad de recogida de aceite usado para su posterior reciclaje en Grupo San Cebrián. Carretilla en mano, se desplaza cada día de lunes a viernes con los bidones a los bares y restaurantes que son clientes del servicio para retirar el residuo contaminante, al igual que las botellas de plástico donde lo han introducido los particulares una vez utilizado para cocinar en sus domicilios  y que, después, es depositado en los contenedores de la capital y la zona sur provincial que han sido habilitados al efecto por los ayuntamientos en distintos puntos.

El objetivo de insertar laboral y socialmente a un colectivo con grandes dificultades para acceder a un puesto de trabajo, como el de las personas con algún tipo de  discapacidad, se ha cumplido en el caso de  Juan Antonio Guadilla y otros en la misma situación. «Me gusta este trabajo y a través de él estoy conociendo a mucha gente en la capital y los pueblos en varios establecimientos de hostelería. Son personas que valoran la tarea que desempeñamos y se interesan por el destino del aceite tras llevarlo a la planta de tratamiento», apunta después de una jornada de trabajo donde la mañana se ha dedicado a llenar y recoger bidones en distintas cocinas de bares y restaurantes de la capital.

«Soy una persona muy activa y la retirada de aceite a diario ha sido el mejor trabajo en 25 años», indica a modo de resumen de su periplo laboral en Grupo San Cebrián, donde realizó previamente un programa formativo de garantía social denominado Pegasus para incorporarse después al servicio de jardinería, aunque también hizo trabajos de tapicería.

«Durante el tiempo como jardinero hice un poco de todo en una tarea que se me daba bien,  hasta que una persona que recogía aceite cayó enferma. Entonces me comentaron que si quería incorporarme a este trabajo, me pareció bien y ya llevo más de seis años con ello», relata.

ocio activo. Juan Antonio Guadilla, que reside con sus padres en la capital ocupa su tiempo por las tardes con labores sociales y actividades deportivas que prepara el Grupo San Cebrián. «Llevo como voluntario de Protección Civil desde los 24 años y tengo 46. Además, practico baloncesto, padel y golf ya que me encanta el deporte», expone con una sonrisa. Sobre la entidad que le da trabajo, la Fundación Grupo San Cebrián, todo son agradecimientos. «Creo que hacen una gran labor y, en el caso de personas con discapacidad intelectual o física, nos apoyan y forman para poder acceder a un empleo. Sin ellos, hubiera sido muy difícil conseguirlo», concluye».