La Guardia Civil localizó a un cazador furtivo mientras se encontraba fareando con focos y linternas de gran alcance con  un todoterreno en el paraje La Triana, perteneciente a la localidad de Villarrobejo y al límite de la provincia de León. 

El presunto cazador furtivo, al percatarse de la presencia de los agentes, emprendió la huida a gran velocidad, siendo localizado posteriormente en el paraje denominado como La Cerra en la localidad de Villapún, donde al principio del mes aparecieron muertos cuatro ciervos machos abatidos por arma de fuego. Cuando se procedió a darle el alto mediante señales luminosas y acústicas hizo caso omiso a estas, emprendiendo de nuevo la huida a gran velocidad por pistas y cortafuegos, siendo localizado finalmente cuando accedía a la localidad de Santervás de la Vega.

En el interior del vehículo viajaba un hombre de 45 años, vecino de una pequeña población del norte de la provincia y que cuenta ya con numerosos antecedentes por delitos e infracciones. 

Al inspeccionar el interior del vehículo los agentes de la Guardia Civil hallaron un machete de 16 centímetros de hoja bajo el asiento del copiloto, una navaja de 8 cm. de hoja en la puerta del copiloto, otra navaja de similares características en el asiento trasero, otra navaja pequeña en la guantera delantera y un hacha de 10 cm. de hoja bajo el asiento del conductor. Todos los efectos se encontraban perfectamente afilados y con restos de sangre. Igualmente se encontraron en el interior del vehículo, cerca de 30 cartuchos de diferente numeración a pesar de que a esta persona le consta revocado el permiso de armas de tipo D y E. En el maletero se halló una garrafa de cinco litros de aceite de automoción, el cual es usado habitualmente por los cazadores furtivos como atrayente de especies de caza mayor.