El PSOE gana y queda a un paso de gobernar sin secesionistas

Leticia Ortiz (SPC)
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Un solo escaño separa a Podemos, regionalistas, PNV y Compromís de investir a Sánchez, cuyo partido casi dobla en diputados a un PP que sufre un desplome histórico

El PSOE gana al borde de gobernar sin secesionismo catalán - Foto: SERGIO PEREZ

Pedro Sánchez... Y las encuestas -que esta vez sí se acercaron al resultado final-. Esos fueron los grandes triunfadores de las elecciones generales celebradas ayer en España y que llevaron a las urnas a más de 18 millones de ciudadanos, llevando la participación hasta el 75,7 por ciento, casi nueve puntos más que en 2016. Los llamamientos a la movilización de la izquierda y la concentración de su voto en el PSOE, leit motiv del candidato socialista durante la campaña, fueron exitosos, a tenor de los resultados, puesto que la formación liderada por el presidente del Gobierno consiguió 123 escaños, lo que supone 38 asientos más que en los comicios de junio de 2016. «Ista, ista, ista, España es socialista», corearon los cientos de personas que se congregaron frente a la sede nacional del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid, para celebrar una victoria que se le había resistido a Sánchez en las dos citas anteriores en las que concurrió a las urnas como cabeza de lista de su partido. «Ha ganado el futuro y ha perdido el pasado», proclamó un exultante candidato socialista ante los simpatizantes progresistas.

El triunfo, holgado y casi duplicando las cifras del PP, supone un respaldarazo al cuestionado liderazgo de Gobierno del madrileño -al que la oposición le acusó de estar en el poder gracias al apoyo de «independentistas y proetarras»- que, pese a todo, tendrá que pactar para repetir como inquilino de La Moncloa, debido a la fragmentación del Congreso, en el que estarán representados hasta 13 partidos.

Los números para superar la investidura le cuadrarían a Sánchez con el apoyo de Podemos -que sufrió un fuerte descenso, al perder 29 diputados y quedarse en 42 parlamentarios-, pero necesitaría el apoyo explícito de PNV, Compromís, Partido Regionalista de Cantabria y Coalición Canaria. Esa suma (175) se quedaría a un voto de la mayoría absoluta. Sin embargo, en una segunda votación, sí bastaría esa cifra  para investir a Pedro Sánchez si algún otro diputado se abstuviera. De esta manera, los independentistas catalanes no serán la llave para alcanzar la Presidencia. 

En este sentido, Pablo Iglesias confirmó, al poco de conocerse los resultados, que ya le ha transmitido al candidato ganador su deseo de formar una coalición de izquierdas, aunque advirtió que las reuniones «durarán mucho tiempo» y requieren «discreción».

Más complicado parece una posible alianza entre los socialistas y Ciudadanos, después del «cordón sanitario» que Albert Rivera le puso a Sánchez durante la campaña y que repitió ayer desde el cuartel general de los naranjas. «Hay una mala noticia: Sánchez e Iglesias van a formar Gobierno. Pero nosotros vamos a hacer a Sánchez una oposición leal a los valores constitucionales», clamó el catalán ante sus simpatizantes.

Menos tajante se mostró el presidente del Ejecutivo que «tendió la mano» a todos los partidos. Sin embargo, su oferta no fue bien recibida por la multitud, que gritó en varias ocasiones «¡Con Rivera no!».

La unión de estos dos partidos superaría ampliamente la cifra de los 176 disputados que marca la mayoría absoluta del Hemiciclo, sin necesidad de otros respaldos. Está por ver, por tanto, si Ferraz le tenderá la mano a Cs y si los naranjas aceptarían esa posible alianza. 

Peor que en 1986. La otra cara de la jornada, la de la derrota, fue el PP, que sufrió una derrota histórica, al dejarse 72 escaños, pasando de los 137 que cosechó Mariano Rajoy hace tres años a 65 diputados. Más de 3,6 millones de ciudadanos dejaron de votar a los populares en esta cita.

Se trata de la peor cifra registrada por los conservadores, ya que ni la Alianza Popular de Manuel Fraga obtuvo un resultado tan bajo en 1982 (107 escaños) y en 1986 (105 diputados). Cuando se produjo la refundación con José María Aznar y pasó a tener las siglas actuales, el PP consiguió 107 escaños. Habría que remontarse a los tiempos de la UCD para ver un descalabro similar del partido ganador en los comicios anteriores.

 Especialmente llamativos fueron sus resultados en Cataluña, donde apenas lograron un representante, y en el País Vasco, donde ni siquiera alcanzaron un diputado. Así, la formación liderada por Pablo Casado solo consiguió alzarse como la más votada en cuatro provincias españolas: Salamanca, Ávila, Lugo y Orense.