Incautados 9 kilos al día de setas recolectadas ilegalmente

ALBERTO ABASCAL
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La Guardia Civil ha intervenido en el marco de la operación Espora, que cada año se pone en marcha coincidiendo con la temporada micológica, un total de 756 kilos además de imponer 116 multas

Incautados 9 kilos al día de setas recolectadas ilegalmente

La Guardia Civil de Palencia ha intervenido en el marco de la operación Espora, que cada año se pone en marcha coincidiendo con la temporada micológica, un total de 756 kilos de setas recolectadas de forma ilegal y levantó, por otro lado, 116 actas de infracción, principalmente en La Ojeda, una de las zonas seteras más importantes de la provincia. 
Se trata de datos que no se pueden comparar con los registrados en 2018, ya que la escasez de lluvias trajo consigo una muy pobre recolección. Pese a todo, la Benemérita requisó en ese año 18 kilos y levantó nueve actas de infracción.
La operación Espora que llevan a cabo fundamentalmente los agentes del Seprona está orientada a la erradicación de la recolección irregular de setas, siendo las zonas más afectadas por esta actividad ilegal las comarca de La Valdavia y La Ojeda. Las infracciones a la Ley de Montes pueden ser leves o graves, dependiendo de factores como la reincidencia o la afección al terreno. Las sanciones leves llevan aparejada una multa de 100 a 1.000 euros y las graves, de 1.000 a 100.000 euros.
Normalmente, los infractores son grupos organizados de extranjeros, quienes no suelen temer las denuncias administrativas, ya que al no tener domicilio en España no se van a ver obligados habitualmente a hacer frente a las consecuencias de la denuncia caso de ser sancionados, salvo el perjuicio que les puede ocasionar la intervención de los productos irregularmente recolectados. 
Las setas tienen como destino la comercialización para el consumo humano y, por lo tanto, deben   cumplir los requisitos en materia de sanidad alimentaria. En caso de una intoxicación las autoridades deben conocer, mediante la trazabilidad, el origen del producto. Y es que los recolectores ilegales, cuando venden las setas a los intermediarios o a los almacenistas, habitualmente no acreditan el origen, pese a que el comprador está obligado a verificarlo de forma oficial, según indicaron a este periódico fuentes de la Guardia Civil. 

El decreto que regula la comercialización de las setas y hongos en Castilla y León entró en vigor en octubre de 2017 con el objetivo de garantizar la trazabilidad del producto para, de esta forma, saber de dónde proceden todas las especies y productos derivados de la actividad micológica. Esta medida busca principalmente acabar con las mafias que asolan los montes en años de bonanza, y trata también de que recolectores y productores tiendan puentes con el fin de preservar los recursos micológicos silvestres para asegurar la seguridad alimenticia de todas las personas que los consumen. 
No hay que olvidar que los hongos constituyen un grupo de organismos que se clasifican en un reino biológico distinto de los que albergan a las plantas o a los animales, el Reino Fungi, cuyos representantes son susceptibles de múltiples campos de aprovechamiento para el ser humano, como el sanitario, el agrario o el culinario. Gran parte de los hongos presentan dos formas diferenciadas: una vegetativa, el micelio, y otra reproductiva, que es la que da lugar a los cuerpos de fructificación que comúnmente se denominan setas o trufas. Aunque son estos los que despiertan mayor interés para el estudio científico o en los sectores turístico y gastronómico, los micelios, ocultos a la vista, desempeñan un papel ecológico relevante. Esto es especialmente importante en aquellos hongos que forman con las raíces de numerosas especies vegetales, a menudo arbóreas, unas estructuras duales de tipo simbiótico, denominadas micorrizas, que facilitan a la planta la asimilación de nutrientes. 
Muchos de los hongos de la provincia son productores de setas, entre los que se incluyen aquellos objeto de aprovechamiento comercial tan conocidos como Lactarius deliciosus, Boletus edulis o Amanita caesarea, pero también especies tóxicas como Boletus satanas o mortales como Amanita phalloides, y por tanto, favorecen la estabilidad y desarrollo de los bosques. No es menos cierto, empero, que otras especies de hongos constituyen serias amenazas para la supervivencia de algunos árboles, como ejemplifican los conocidos casos del chancro del castaño o de la grafiosis del olmo, según informan los expertos.

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