Juan Manuel Pérez

ENTRE HOY Y MAÑANA

Juan Manuel Pérez

Periodista


Superliga y demagogia

24/04/2021

La Humanidad desaparecerá de la faz de la Tierra el día que se extingan los demagogos. Ahora se han hecho futboleros para despotricar contra el proyecto de la Superliga europea promovido, entre otros, por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. En su delirio populista se han puesto del lado de instituciones tan corruptas como la UEFA y la FIFA, capaces de organizar un Mundial en Qatar en invierno e incapaces de preocuparse por los obreros que han muerto en la construcción de los estadios para el campeonato de 2022 o por dónde quedarán los derechos humanos en ese país cuando se apaguen las cámaras que retransmitan los partidos.
La idea duró menos de 48 horas, pero en este tiempo hemos podido escuchar y leer opiniones que merecen ser grabadas en el mármol de la hipocresía; entre ellas las de jugadores y entrenadores que están al servicio de jeques árabes o de grandes magnates que no saben ni pronunciar el nombre del equipo del que se han adueñado, pero que no tienen ningún pudor en pregonar que «el fútbol es del pueblo». Con semejante eslogan era de esperar que el primer equipo español que se bajara del barco fuese el Atlético de Madrid. Les tiraron el Vicente Calderón para operaciones urbanísticas; les pusieron al nuevo estadio el apellido de un multimillonario chino, pero, al parecer, la fina piel colchonera no podía soportar ir de la mano de un proyecto auspiciado por sus enemigos vikingos.
«Han vuelto al redil», dijo el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, tras fracasar la revuelta de los poderosos. Y así ha sido. Dentro de un año el Mundial se jugará en Qatar, y allí estarán muchos de esos jugadores que ahora se han puesto tan dignos. Los equipos que son propiedad de países árabes seguirán despreciando el Fair Play financiero. La afición se interesará por la Champions a partir de los cuartos de final de la competición. Los chavales seguirán enganchados a la NBA. Y los jugadores vendiéndose al mejor postor. Pero, qué importa todo eso mientras el fútbol siga siendo el pueblo.