Ni la bajada de siete impuestos, ni la casi pionera implantación de la gratuidad de la educación de dos a tres años, ni las ayudas hipotecarias para familias con mayores dificultades económicas, ni la distribución de fondos especiales de cohesión para ayuntamientos o las medidas de apoyo al medio rural en agricultura y turismo… de nada de eso se habla en los corrillos más conspicuos y atentos a la actualidad en el Ala Oeste de Castilla y León. De lo que se habla es del líder de Vox, García Gallardo, y de su último exabrupto. El portavoz de la extrema derecha en las Cortes de Castilla y León calificó al grupo de procuradores socialistas de banda criminal de Sánchez. Tres días de debates en las Cortes para hacer balance de su gestión al frente de la Junta, evaluar el techo de gasto y anunciar el futuro Presupuesto, el armazón para el desarrollo de Castilla y León en 2023, y el presidente de la Junta, Fernández Mañueco, únicamente ha suscitado interés ante los periodistas para conocer su reacción ante el improperio de su vicepresidente. Lamentable, pero es la realidad. En esta columna decíamos el pasado viernes que la gestión de Mañueco está siendo eclipsada por las groserías de su segundo en el gobierno. La ratificación más contundente no se ha hecho esperar.
La respuesta de Mañueco ha sido tibia. Intranscendente y, por lo tanto, para la mayoría inadvertida: «Tengo la autoridad moral para pedir que bajemos el tono». Recuerda aquel viejo chiste de Gila, cuando decía «aquí alguien ha matado a alguien», sin atreverse a mirar al asesino que sin duda tenía identificado. Y menos aún puede darse el asunto por zanjado, como entiende Mañueco, porque el presidente de las Cortes haya decidido unilateralmente retirar las palabras de Gallardo del diario de sesiones. Desconozco qué dice el reglamento de la Cámara, pero carece de sentido que el presidente de las Cortes, o de la asamblea de una comunidad de vecinos, tenga potestad para retirar del acta de sesiones las palabras de quien se niega a retractarse. Ahora el asunto va a ser tratado en una comisión parlamentaria ad hoc. Más alpiste para el pájaro. Cría cuervos… y ya se sabe.