Jose Luis Ibarlucea

Jose Luis Ibarlucea


Movilización

06/08/2021

La vida humana tiene el movimiento tremolar de las hojas de los árboles en un día de viento. Se nos presenta de forma radical en su vulnerabilidad e incertidumbre. Sin embargo, una parte de la juventud, de forma inconsciente e irresponsable, no quiere renunciar a su forma de vida disoluta. Pero fue el mundo adulto y sus instituciones el que debilitó y empequeñeció el dios fuerte que era la responsabilidad individual, hasta convertirlo en un dios débil, pues resultaba muy autoritario exigir responsabilidad a los jóvenes que decidían echar una papeleta para morir de cirrosis antes de tiempo.
Sólo los peces muertos van a favor de corriente, por eso propondré algo contra corriente para cuando termine la pandemia: Si durante la primera parte del siglo XX se movilizó a la juventud porque eran tiempos de guerra en Europa y había que enseñarles el manejo de las armas, en tiempos de paz habría que movilizar a la juventud para que realice tareas de paz. Deberían existir en todos los ayuntamientos y diputaciones programas para movilizar a la juventud en verano. Por ejemplo, a cambio de alojamiento y manutención atender al teléfono de la esperanza, o acompañar a ancianos que viven solos... A un muchacho que vive en Palencia se le podría mandar a Barcelona, a uno que vive en Oviedo a Cádiz…De esta forma, jóvenes de entre 18 y 30 años harían nación y conocerían la nación sin prejuicios. No tiene ningún sentido que jóvenes que en verano no se forman en ningún aspecto se dediquen a molestar a los vecinos, crear problemas de difusión del virus y a matar sus propias neuronas. Espero que los dioses no castiguen esta idea entusiasmando a los tontos.