Si las cosas fuesen de otra manera en el ámbito general; si se hubiesen desarrollado de forma natural; si no se hubiesen torcido fatalmente como lo han hecho, y el coronavirus de marras no hubiese actuado con tanta saña como lo ha hecho; hoy, justamente hoy, estaríamos celebrando por todo lo alto en nuestra ciudad a nuestro patrono San Antolín. Y la ciudad se encontraría llena de gentes de la más diversa procedencia, vistiendo sus mejores galas y festejando al Santo con la alegría acostumbrada; porque hoy es dos de septiembre. Y aunque, en efecto, estemos de fiesta y, por ello, no se trabaje y la ciudad tenga cerrados todos sus comercios, la inexistencia de programa de actos festivos debido a la suspensión oficial de las fiestas, hace que este día nos resulte un tanto anodino y falto de interés. Si bien es cierto, que el consistorio ha preparado una serie de actos alternativos.Sin embargo, no habrá conmemoración votiva en la catedral, con las peñas de la ciudad desfilando por las calles con sus alegres y desenfadadas músicas; ni bajada hasta la cripta de la seo para beber el agua milagrosa del santo; ni paseo de rigor por la calle Mayor y calles aledañas a la hora del vermut, con las gentes vestidas de gala y alegres por la fiesta.Ni tampoco animaciones de calle. Ni carruseles en el real de la feria. Ni sonarán los pasodobles ni los olés de rigor en la plaza de toros, para premiar la faena extraordinaria de los toreros que conformarían la terna de hoy. Ni habrá desfile de peñas.Ni los cielos de Palencia, una vez anochecido, se cubrirán hoy de vistosas luces de colores proporcionadas por los fuegos artificiales de turno; porque hoy no se iluminarán de manera especial nuestros cielos.Ni tampoco hoy el parque del Salón volverá a registrar su acostumbrado lleno total con motivo de la actuación musical del cantante o grupo musical más de moda; porque esta no tendrá lugar.No, nada de esto se producirá hoy día de San Antolín en Palencia; porque hubo un coronavirus malvado que se cruzó en nuestras vidas para, de momento, quedarse entre nosotros y, de paso, aguarnos los días de fiesta en su totalidad.Pero en cualquier caso, ¡Feliz San Antolín!.