Dicen que andan en el Gobierno. ¿Quién no ha oído alguna vez hablar del lío de las dos Españas? La del pueblo llano, trabajador, integrador, callado que, también es cierto, que así le va, y la de la soberbia de hombres que se creen dioses tentados por una ambición a ultranza de sus ideas tal fuera un juego maniqueo; una fe que en definitiva invalida al resto, separa por clases, pensamiento y vapulean los separatistas amparados por un socio del Gobierno tal caballo desbocado.  Ya no hay duda de que España, está dominada por la fuerza de las ideologías al entrar en pugna entre buenos y malos que van a degüello y donde las culpas no siempre son bien repartidas pero que en ambos  casos, el enfrentamiento crea tensión y el pueblo sencillo que ahora mismo sufre un terrible virus, quiere recuperar salud y trabajo cuanto antes, y dejar de sufrir éstas y otras consecuencias por el choque constante que impone desprecio absoluto hacia una democracia, que algunos políticos se empeñan en presentar en términos conflictivos.