Palencia ha perdido un magnífico político, de prometedor futuro y esperanzador porvenir. Rodrigo Mediavilla ha dejado la actividad política parlamentaria para dedicarse a otras labores profesionales más tranquilas y, no por ello, menos exigentes o estimulantes. Personalmente creo que es un menoscabo y un serio quebranto para la forma de entender e interpretar la política palentina, tan mediocre y de perfil tan capitidisminuido, debilitado y mermado, carente de talento y de talante, de menguada inteligencia emocional y limitado            ingenio.
No es fácil hablar de un amigo, pero más difícil es permanecer callado cuando algo duele en el alma. Hacerle justicia es sencillo. Joven, sobradamente preparado, cortés, amable, educado, comprometido, fiel, leal, honorable, honrado, discreto, prudente, inteligente y elegante. Vamos, todas esas virtudes y cualidades de las que carecen el común de los sujetos que abundan en la casta política.
No sé cómo lo habrán digerido los dirigentes populares de la calle Mayor, pero supongo que disimuladamente encantados, puesto que Rodrigo disfrutaba del respeto y no pocas simpatías entre propios y extraños, más entre estos últimos. Su posicionamiento político junto a Pablo Casado le ha pasado factura y algunas/os estaban esperando para proceder contra él.  Los mismos que se escondieron cuando Pablo se postuló como líder del Partido Popular. Era un clamor en Palencia que la purga ya había comenzado. Se estaba escribiendo un nuevo capítulo de cainismo político.
En resumidas cuentas, Palencia y el Partido Popular pierden, Rodrigo gana. Suerte en tu nueva andadura AMIGO.