Quiero hacer un poco de justicia y mediante estas letras premiar y reconocer a aquellos restaurantes que están siendo más estrictos en la aplicación de medidas de protección ante el COVID-19. Y son muchísimos los que lo están haciendo, sólo voy a citar uno, Lakasa en Madrid, que además de ser un extraordinario restaurante ha sido el primero que me impresionó por la rectitud, lo estricto, la mentalización de todo el personal y la observancia para que el cliente cumpla las exigencias sanitarias; orden y desinfección a la entrada, sobre individual para que el comensal meta su mascarilla al sentarse y no la tenga bailando entre el codo, la mesa, el asiento y demás; camareros pendientes de que los comensales se levanten de la mesa con la mascarilla puesta para ir al baño, desinfección de mesas y sillas en cuanto se van los clientes, los platos para compartir servidos de manera individual o pinzados por el personal…En mi entorno al menos, comentamos estas cosas y noto que en estos momentos preferimos ir a este tipo de sitios que cuidan más y mejor estos protocolos, como garantía de una mayor seguridad (que nunca lo es al 100%), y muestran que es posible minimizar riesgos mucho más que esa otra realidad de conductas profundamente irresponsables en fiestas, terrazas, parques, bares, playas, piscinas, plazas de toros y demás que desgraciadamente seguimos viendo en vivo o a través de los medios.Porque por supuesto la socialización en nuestro país pasa en gran medida por la hostelería, y es un sector de mayor riesgo por mayor contacto debido a la alta frecuencia de uso y por mayor número de personas con las que se producen acercamientos, pero en gran medida es un sector que está haciendo un esfuerzo tremendo en aplicar condiciones higiénico-sanitarias para minimizar riesgos, a pesar en muchas ocasiones del poco apoyo que ha tenido por parte del usuario. Y además la hostelería está haciendo otro sobreesfuerzo, que no valoramos, y es económico; como ejemplo, el sobrecoste en uno de los mejores restaurantes de este país en geles, servilletas, mascarillas, lencería, limpiezas extra... están superando los 6.000 euros mensuales. Como para que sigamos haciendo el tonto cuando nos juntamos o cuando entramos en el bar…