Carmen Casado Linarejos

Epifanías

Carmen Casado Linarejos


El protocolo

14/05/2023

Ha sido la palabra que más hemos oído en estos últimos días. En estos momentos en que la política ocupa el primer lugar en la atención mediática, se han producido dos hechos relacionados con la actualidad y que han dado lugar a gran número de comentarios en todos los medios informativos: un dos de mayo, aniversario del levantamiento del pueblo de Madrid frente al invasor francés, episodio inmortalizado por Goya y Galdós,  y que, en este año, ha  atraído la atención de los medios por un hecho meramente protocolario: un ministro del actual gobierno de España ha hecho un notable ridículo televisado en directo. No es asunto trivial pues, como es bien sabido, en democracia, las formas son muy importantes y, de ellas,  son exponente máximo las reglas de protocolo. También la convivencia en sociedad se rige por criterios que facilitan la armonía en nuestra coexistencia y que popularmente conocemos como comportamiento educado. Según esas normas, una persona mínimamente educada no intentará acudir a una celebración a la que no haya sido previamente invitada. Y eso fue lo que intentó hacer el señor Félix Bolaños en la Puerta del Sol de Madrid el pasado dos de mayo, pero se enfrentó a dos mujeres de acero que le hicieron retroceder: la presidente de la Comunidad de Madrid y la jefa de protocolo de la misma, que impusieron el elemental cumplimiento de la norma vigente en tales actos. Casi simultáneamente a ese acto, se produjo la llegada a Madrid del presidente de Colombia. Al ser visita oficial, se le ofreció una cena de gala en el Palacio Real. El protocolo indica que a esa cena, los hombres deben acudir vestidos con frac, prenda que puede alquilarse por un módico precio al alcance de todo el mundo, pero el señor Petro quiso dar muestra de su trasnochado populismo y no se puso el frac, alegando que es prenda elitista y él, presidente de un gobierno, no lo es. Nada tiene que ver el protocolo con la ideología y mucho con la buena educación. En Londres no se lo hubieran permitido. Como hemos podido observar en la ceremonia de la coronación del rey, el protocolo se cumplió debidamente. Así se comporta un país serio. Si los gobernantes no cumplen las normas ¿cómo van a exigírselas a los ciudadanos ?