Víctor Arribas

VERDADES ARRIESGADAS

Víctor Arribas

Periodista


No son concesiones de Sánchez

18/12/2022

Lo habitual cuando escuchamos críticas o descalificaciones contra las políticas del presidente del gobierno, aquello a lo que nos han habituado los partidos de la oposición y algunos medios de comunicación cuando valoran lo que está haciendo Pedro Sánchez, es el argumento de que hace todo esto y hará más aún con tal de mantenerse en el poder. Que no tiene escrúpulos y que no le importa poner en riesgo el Estado de Derecho y la democracia para conseguir su fin de permanecer en La Moncloa, concediendo a los que le sostienen con sus votos todo aquello que le exijan y con lo que le chantajeen. Haciéndolo, aunque eso suponga, como va a ocurrir en este fin de año alucinante del gobierno, un debilitamiento de la lucha contra la corrupción, de las barreras contra los golpes separatistas a la unidad del país, o un puñetazo a la independencia del poder judicial y la separación de poderes. Columnistas, analistas televisivos, portavoces de grupos parlamentarios, exministros de uno y otro bando, hasta los líderes de opinión nos advierten constantemente desde hace tres años de que estamos ante un dirigente que solo quiere pasar unos años más a cobijo de su importante cargo y por ello vendería a sus más directos familiares.

Estos argumentos, me atrevo a discrepar, se sostenían cuando Sánchez abordó el poder desde la moción de censura que venía preparando con varios meses de antelación, cuando con una mano apoyaba el 155 decretado por Rajoy y con la otra negociaba su investidura con los independentistas para esperar el momento oportuno, momento que luego le brindó cuál McGuffinn hitchcockiano la famosa frase incluida en la sentencia por una pieza residual de la Gurtel. Esos argumentos serían incluso válidos o explicables tras las elecciones repetidas únicamente para satisfacer su interés personal y partidista, cuando formó gobierno, con quien dijo que nunca lo haría y comenzó a premiar a los partidos antiespañoles. Pero hoy ese razonamiento ya no es creíble. Hoy el presidente ya no necesita los votos de Esquerra porque sus últimos presupuestos, que ni siquiera necesitaba para agotar su último año de mandato, los tenía aprobados antes de que Rufián y los suyos se sumaran al coro de apoyos con los que han sido aprobados. Hoy Pedro Sánchez no actúa por el interés de seguir en el poder, sino por pura y absoluta convicción.

Este es su proyecto

El indulto a los condenados, la eliminación del delito que cometieron, la devaluación del castigo por el desvío de fondos que llevaron a cabo, y el inevitable referéndum del tipo que sea que se organizará en menos de tres años en Cataluña, forman parte de la política de este dirigente no para seguir un día más en el cargo, sino para conseguir la España en la que cree. Aquella sobre la que Patxi López le preguntó y él no quiso responder.