José María Ruiz Ortega

Estampas rurales

José María Ruiz Ortega


Verano caliente

08/08/2020

Parece mentira que estemos en pleno verano y no en el otoño caliente que muchos analistas políticos predecían. No es normal que en plenas vacaciones ocurran tantos acontecimientos en el panorama político informativo. Entre la pandemia que no cesa y un gobierno de compromiso, no deja de ser un verano distinto a lo habitual: la sanidad rural en cuarentena, no se recupera la actividad industrial, ni el empleo y únicamente agricultura mantiene los puestos de trabajo. Todos los sectores productivos desorientados, con miedo al covid-19 y mucho más a la situación económica que viene. Con el agravante de un desconocido agosto sin fiestas, sin toros y con muchas reticencias a viajar con la normalidad de otros veranos. Un mes de agosto caliente, políticamente hablando, lo cual no impide que el gobierno se vaya de vacaciones, aunque a muchos ministros ni les conocemos. Sin embargo, los turistas no vienen a España y el Rey se marcha, aunque nos queda un monarca joven, con mucha firmeza para arbitrar este batiburrillo de partidos políticos, reinos de taifas autonómicos y administraciones locales. La ocupación del medio rural transmite tranquilidad, este año con más visitantes, conviviendo con precauciones y adaptando el quehacer cotidiano a esta mal llamada nueva normalidad. El campo mantiene la actividad para abastecer a la industria alimentaria y puede ser un motor en la recuperación económica, después del impacto negativo sufrido durante el confinamiento. Sin aplausos, ni reconocimiento para los que se esforzaron diariamente y perdieron frutas, hortalizas y, en la ganadería, tanto vacuno como ovino, contabilizaron pérdidas en productos, distintos a los de abasto, que normalmente consumen restaurantes y hoteles.Y es que cuando se habla del campo siempre se concluye en la PAC como tabla de salvación y nadie parece darse cuenta de que la política agrícola europea es cada vez más verde, menos agraria y hoy se mira con recelo los recortes que plantea la UE. Tras la cosecha, agricultores y ganaderos ya piensan seguir sembrando y cuidando el ganado. Un sector que aporta al PIB de Castilla y León más de 6.000 millones de euros al año.