Antonio Álamo

Antonio Álamo


Trece

05/01/2023

Este año que comienza registrará el centenario de una publicación que forma parte de la historia de España. Se llama Revista de Occidente y nació en 1923 aunque como eso de las letras cada vez tiene menos prestigio -debe resultar muy aburrido enfrentarse a ellas- es posible que la celebración de este acontecimiento pase bastante más desapercibida que otras que ya están en marcha. Véase la del fallecimiento de Sorolla. Aquella revista marcó un hito y duró en su primera etapa trece años, un mal número según algunos. Plaza & Janés Editores apuntó en 1999 que nació con vocación cosmopolita y que fue la ventana que permitió al lector español asomarse a cuanto de interés cultural ocurría en España o en el extranjero. Ese era el deseo del filósofo José Ortega y Gasset y de cuantos se unieron a él.
Fue una víctima más de la guerra civil española, víctimas las hay de muchos tipos, cosas de la tipología, pero mientras duró dio preferencia a las vanguardias y corrientes de pensamiento que en esa época, enmarcada en el denominado 'Periodo de entreguerras', estaba transformando el mundo. Entre sus colaboradores figuró lo más granado de la ciencia y cultura del momento. Luego tuvo una segunda etapa, entre 1963 y 1975, de la mano de su hijo, José Ortega Spottorno. En la actualidad celebra su tercera época, desde 1980, y ha tenido entre sus directores a uno de los nietos, el catedrático de Historia Contemporánea José Varela Ortega.
Tengo presente que esta columna se publica bastantes horas antes de que los Reyes Magos, Santa Claus y Jeff Bezos traigan los regalos. Por tanto he decidido que, más que revistas clásicas, bufandas o frascos de perfume, de esos que anuncian en televisión con pronunciación ininteligible, me quedo con el recuerdo de dos libros de ese hombre que se reía cuando leía Las cosas de Pepe Risi, en El Norte. A mí me los trajeron Pilar y Alfonso y entraron en casa en una bolsa… nada de camello, trineo o furgoneta de reparto. Y por la puerta, no por la chimenea. Se titulan Los amigos políticos (Marcial Pons. 2001), obra que causaría furor en esta región porque resulta muy familiar, y España. Un relato de grandeza y odio (Espasa. 2019), un buen retrato, tan bueno como los de Sorolla.