Dionisio Lamas Muñoz

Tribunal Libre

Dionisio Lamas Muñoz


Vida humana

26/12/2022

Comienza la vida con el primer latido del corazón, cuando la sangre, del latín (sanguis – sanguinis), rica en oxígeno, hace su primer recorrido, llenando todas las cavidades: capilares, venas y arterias, todo ello en el claustro materno, y por ello el primer impulso a la vida, viene del músculo cardiaco animado por la sangre, y esa simbiosis crea el carácter teándrico en el ser humano, es decir, la esencia humana y divina, se puede decir que el teandrismo está presente en la persona desde el comienzo y hasta el final, porque los movimientos cardiacos, son más que meros latidos, meras palpitaciones, son el estímulo necesario para vivir con plenitud, y llegado el momento saltar a la eternidad y contemplar la hermosura del Altísimo, fin primero y último del hombre y de la mujer en este mundo. La vida, es la inspiración de Dios en el ser humano, es la obra de arte del Creador, y es el amanecer en el mundo de una criatura desvalida y angelical, capaz crear ilusión, cumplir sueños, dar alegrías y aportar felicidad, y a lo largo de los tiempos esa vida pletórica dará cuanto posee por la sociedad en la que vive: progreso y riqueza a través del dialogo cortés, de la escucha infinita, de la misericordia eterna, del pensamiento creador. Quienes apagan la vida del no nacido, callan la voz o la libertad del niño y del anciano, todos ellos indefensos, sin derecho a su propia defensa, es decir, pensar por ellos y decidir por ellos, pertenece a la infamia, no es un derecho ni es progreso, es el retroceso a los tiempos más rudos de la historia. Quienes adoptan tales aptitudes, antropológicamente tienen aspectos degradativos y de frustración en sus vidas, psicológicamente padecen alteraciones sociales de inadaptación en la sociedad. La evolución humana se resume en el más incuestionable respeto a la vida, en cualquiera de sus tramos, y quienes de alguna manera interrumpen el ciclo de la vida, proceden de los pensamientos cavernarios y de las profundidades del averno. La vida humana, viene del primer viento que el Creador insufló a los mundos, y de aquel soplo animado, surge la primera palpitación con el concurso de los padres, nace la vida en todo su esplendor, solo cuestionada por pensamientos febriles y decadentes en medio del discurrir de los siglos.

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