Dionisio Lamas Muñoz

Tribunal Libre

Dionisio Lamas Muñoz


La gratitud

12/07/2021

Incontables son las mercedes que el humano viviente prodiga en todo tiempo y lugar a sus semejantes, a través de actos de amor, de piedad y de misericordia. 
Innumerables son los favores que la mujer y el hombre hacen todos los días, desde el amanecer hasta el anochecer en bien de los demás, con el único fin de esbozar una sonrisa en el rostro de los tristes, de esparcir alegría en quienes albergan la desesperanza. 
Interminables son los gestos de entendimiento y condescendencia de unos, frente a los errores de otros. Infinitos son los silencios para salvar el honor y la fama de unos, frente al bochorno de la injuria de otros.
La mayor recompensa que puede recibir la mujer y el hombre en este mundo, es la gratitud en continuas pruebas de recuerdo: por acoger, por entender, por comprender, por ayudar, por dar luz, por dar paz.
En el contexto de la vida sobre la Tierra, la persona humana, debe mostrar gratitud por cuantos bienes recibe en su favor y beneficio, dentro de su entorno y fuera del, en todos los momentos de su existencia.
El agradecimiento es una muestra de reconocimiento espiritual por la vida y por cuantos comparten nuestra alegría y sus azares; por todo lo que colma de paz el entorno en el que vivimos; por los consejos de los mayores, nacidos en el largo camino de la experiencia, cierta y entrañable; por el candor y el rostro risueño de un niño, capaces de conmover al más rudo y fiero semblante humano.
La persona humana vive cada instante de su vida inmersa en corresponder a las pruebas de amor que recibe de sus semejantes, cual, recibir aliento en sus desventuras e infortunios, y cobrar fuerzas frente a las agresiones de la maldad y su desorden, o recibir consuelo, donde el llanto ahoga el grito que clama frente a la confusión de las injusticias.
Quienes derraman o extienden tan nobles y tan altos gestos de amor hacia  sus semejantes, reciben primero la gratitud del Creador, más grande que la humana, y que premia tantos favores por la humanidad y sus venturas, después, el agradecimiento envuelto en sollozos de felicidad de los que reciben muestras de socorro y protección invariables y de infinita ternura.
La gratitud dignifica cada uno de los actos que impregnan la existencia del ser humano.