La hemeroteca tiene el valor de calibrar el paso del tiempo y de actuar como caja de resonancia que revele el eco del «bla, bla, bla» en que se convierten las promesas de generaciones de regentes de uno y otro signo. La hemeroteca del Diario de Burgos acaba de rescatar del olvido los titulares que desde 1997 vienen trazando grandilocuentes propósitos sobre dos de nuestras carreteras más antañonas, la N-627 y la N-122.
Comunicar el norte de la Comunidad con el resto de España, especialmente unir mares y sacar galletas de Aguilar de Campoo hacia los puertos debería ser uno de nuestros más relevantes propósitos como colectivo. El otro, las comunicaciones por el corredor del Duero, la unión mesetaria, actualmente tan gravosa, para traer gente de Galicia y de Portugal y llevarla hacia las tierras navarras y aragonesas.
Se diría que nuestros dirigentes han determinado que las cosas quedan hechas cuando se dice que van a hacerse y de ahí la fortaleza de la hemeroteca. Ni la A-73 ni la A-11 tienen tramos suficientes en marcha como para considerarlas factibles en un plazo razonable ni siquiera las dotaciones presupuestarias que año tras año se consignan tienen la credibilidad bastante como para considerarlas una solución en plazo.
Otra de las cosas que suelo decir es que en España necesitamos urgentemente cambiar de conversación. ¡Cuántas hipérboles hacemos sobre derechos, cuántas sobre lugares comunes, cuántas sobre ideologías y qué poco debatimos en román paladino sobre materias de la trascendencia cotidiana y de la relevancia económica de las carreteras!.
Ahora se cumple el aniversario, 25 años de espera son toda una generación. Bodas de plata para las promesas incumplidas y los proyectos fallidos. Después de todo, siempre nos quedará la hemeroteca para alimentar nuestra añoranza.