Hace justo tres años el entonces excelentísimo señor alcalde de Palencia del PP, don Alfonso Polanco, en rueda de prensa, todo ufano, anunciaba para el ejercicio 2018 una bajada del 3% en el recibo del IBI, y apostillaba: «Bajar impuestos forma parte de nuestra filosofía de gestión y forma parte de nuestro plan de acción de gobierno 2015-2019… para un mayor alivio en el bolsillo de los palentinos». No especificó para qué palentinos supondría ese alivio. Un buen gestor ha de tener siempre una bolsa de reserva y no tirar la casa por la ventana como si no hubiera un mañana. Bajar los impuestos que son justos es una auténtica barbaridad financiera, es la propuesta típica de la derecha que contempla mermar servicios públicos. Reducir el IBI fue una decisión populista que sonaba muy bien a los oídos de quienes no entienden que en el recibo de su casa tan solo ahorrarían unos pocos euros pero perderían muchas prestaciones públicas del día a día. ¿A qué bolsillos benefició aquella bajada del 3% del IBI? Pues la cuenta es fácil, quien pagase 100 euros ahorraría 3 al año. Pero los propietarios de muchos inmuebles habrán obtenido un notable ahorro. Nadie nos ha explicado el importe total renunciado en la recaudación de 2018. Un dinero hermoso que desde entonces se podría haber aplicado al bienestar común de los palentinos y que, en el momento que nos ocupa, hubiera supuesto una estupenda hucha para ayudar, de forma decente y no miserable, a nuestros comerciantes, sobre todo hosteleros que están sufriendo lo que no está escrito. Pero una administración pública, un ayuntamiento que dilapida y regala a quien más tiene ya no puede ayudar a quien lo necesita en momentos imprevisibles. Para eso sirvió bajar el IBI, para contentar a unos pocos en perjuicio de muchos. Casi nadie levantó la voz. Nos engañan como a tontos. Y nos dejamos.            www.elisadocio.com