Pretendo referirme al tema de las encuestas aunque derivaré en otras cuestiones.  Está bien que se realicen, pero desde la entidad del Gobierno que se gasta un pastón en eso,  entre líneas pueden entreverse algunos pensamientos poco claros, pues suelen centrase en destacadas personas y conceptos sin considerar qué es lo que piensa la mayoría. 
Lo que ocurre en España es indecente. ¡Qué espectáculo da al mundo este Gobierno manejado por sus socios a los que dicen, abre buena parte de las puertas de los secretos de Estado! Ver la arrogancia, las exigencias contra la única ministra cabal por el portavoz de ERC con lo que ellos han protagonizado es escalofriante. El presidente debería arreglar tanto desaguisado, desprenderse del lastre que empuja a los ciudadanos de este país a no confiar en sus dirigentes, ni a creer, que esto pueda ser normal en una democracia, pues los partidos integrados para mantenerle en pie, lo único que el PSOE consigue, es que en España manden las minorías que quieren destruirla. Gentes revalidadas por sus actos como otros de algunas CC.AA. que no ocultan sus deseos, por tanto, no es invento alguno. Gente a los que con solo defender una ideología, tener buen palique y excelente dominio de twitter les basta. Sin embargo, los que poseen preparación, talento y lealtad para afrontar los múltiples problemas de toda la población española y aun ganando, las minorías se imponen.  Algo no funciona. Mucho habrá que cambiar.
El lío llega cuando se las ha metido dentro y en primera línea. No es aceptable que sean los menos votados los que apliquen los programas a cumplir aunque esto reviente. Si son gobiernos de coalición deben unir, ser leales a todos y trabajar por y para todos. Sus chantajes y exigencias solo a sus partidos e intenciones beneficia y es tal el revolutum que hay, que ya se acerca a la desembocadura de la soberbia de Babel. Francia, ha elegido en una segunda vuelta cuál será para todos, su Gobierno y su oposición. Aquí mandan las minorías a las que solo interesa lo suyo, con lo cual, la defensa de las libertades y tranquilidad de la gran mayoría, inevitablemente, se ven alteradas.