Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Emoción última

28/02/2023

Justo, cuando estaba meditando sobre este mundo convulso, vacío de amor y repoblado de odio, recibo el sueño de una empresa poética, situada en Ferrol, donde todo se abre al océano y al ritmo de su estrofa, a los pinceles y a las pautas sinfónicas. Reconozco que esta Sociedad Artística Ferrolana no cesa en su siembra intelectual. Con frecuencia, suele sorprenderme a través de sus frutos vivenciales, conjugados en la auténtica palabra y en el verdadero arte. La capitanean figuras que cultivan la mente y practican el corazón, como Ricardo Diaz-Casteleiro Romero o Carlos Barcón Collazo y tantos otros que han sabido aglutinar este níveo horizonte existencial. Todo un valor, máxime en un tiempo de acoso y ahogo hacia todo lo que nos hace reflexionar y revivir.
 En consecuencia, esta sinergia es muy importante. Necesitamos volver a la verídica voz, con la esperanza de reencontrarnos a nosotros mismos, pero también con la expectativa de la comprensión entre semejantes. Regresen los vínculos y retornemos a la emoción de hacer familia. No podemos vivir cada uno en nuestro mundo, como islas de pensamiento y con actitudes excluyentes. Es menester despertar y entendernos, atender a los que sufren una gran soledad, por nuestra incomprensión mezquina. 
Precisamente, esta Sociedad Artística Ferrolana proyecta otro mundo a través de sus anhelos, convencidos de que hay que ir más allá de lo cotidiano; y, han tomado la poesía y cualquier iluminación en general, «como un consuelo, como una expresión de esperanza, como un faro que alumbra lo que la humanidad podría llegar a ser, algo que trasciende a lo humano»,  sentimiento vertido por Carlos Barcón en la Editorial. Sin duda, la práctica creativa no sólo nos eleva, también nos insta a relacionarnos entre sí.
Hoy más que nunca, entiendo, que tenemos que optar por otra orientación viviente. Serán los cultivadores del talento y el buen talante, los que nos ayuden a templar y a contemplar la reconstrucción de tantas esencias destronadas y perdidas, abandonadas a los designios de la pasividad, cuando todos somos indispensables e imprescindibles para dar continuidad al linaje. 

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