No se equivoquen ustedes, no me refiero a Gonzalo Fernández de Córdoba, eminente y aguerrido militar español del siglo XV, fallecido en 1510. El mismo que participara en la guerra de sucesión castellana, en la guerra de Granada, el la primera y segunda guerra de Italia y en la tercera guerra Turco-Veneciana. Hombre laureado y destacado jefe de los tercios españoles, entre ellos el de capitán general de la compañía expedicionaria a Nápoles, de donde sería virrey. El mismo que, a requerimiento del Rey Fernando el Católico, presentó unas cuentas verdaderamente ingeniosas, a modo de insulto.
Me refiero al Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia de la Economía que, con una puesta en escena teatral, presentó nuestro presidente, Pedro Sánchez, en el complejo –ahora se llama así- de la Moncloa. Con la música de la novena sinfonía en re menor, op. 125, de Beethoven, más conocida como El himno de la alegría, daría un aire europeísta a su comparecencia. Ya saben que ese trata del himno de la Unión Europea, desde 1972, y que fue una adaptación del magistral director de orquesta Herbert von Karaján.
Las cifras apuntadas por nuestro presidente eran espectaculares, pero difícilmente creíbles. 800.000 puestos de trabajo serán creados en los próximos tres años –esta canción ya la había oído con anterioridad en boca de José Luis Rodríguez Zapatero-; 72.000 millones de euros de procedencia comunitaria para disponer durante los próximos tres años; y el éxtasis llegó cuando anunció que llegaría a movilizar hasta 500.000 millones. ¡Mamma mía! Qué poderío y capacidad de recursos. Tuve que leer y releer tamaña cantidad de capital. Un verdadero diluvio universal de millones de proporciones bíblicas.
Mi atención se centró en las diez políticas tractoras –qué agrícola- defendidas, de las que sobresalieron las partidas destinadas del plan a la inversión verde (37%), y a la digitalización (33%) del total. Qué locuacidad y capacidad para diseñar nuestra reconstrucción patria sin disponer de un euro, a día de hoy. Todo un planazo que deja en evidencia las cuentas del Gran Capitán.