Juanma Terceño

El hecho gastronómico

Juanma Terceño


Cotillas en restaurantes

03/08/2022

Me molesta bastante la figura del cotilla, aunque sea por ingenuidad, pues suele suponer una falta de respeto hacia los demás.
Estando comiendo en un restaurante en su segundo día de apertura, comprobé cómo iban entrando personas y caminando hacia el centro de la sala sin ningún pudor. 
Los cotillas entraban a observar si el restaurante les parecía bonito o no, preguntaban al maitre quién era el dueño, qué tipo de cocina hacían, uno directamente entró, observó. preguntó dónde estaba el baño, hizo uso de él y se marchó. Todo esto entre las 15:00 y 16:30 horas, en pleno servicio, interrumpiendo la labor de los trabajadores y la paz de los clientes. Una pareja incluso quería conversación con los empleados, les contaban que a ese local antes acudían mucho, que eran vecinos y bla bla bla… 
Y yo me pregunto si no hay otras horas en las que entrar a cotillear, en caso de que la incontinencia no les permita dejar de hacerlo. Pero, señores, ¡es un restaurante! Las horas más importantes de trabajo son esas horas a las que se come o se cena, hagan el favor, están molestando.
A mayores, si sienten ustedes, queridos cotillas, la necesidad imperiosa de curiosear, tienen muchas opciones alternativas. Pueden mirar en Internet la web del restaurante o referencias, y ahí deleitarse viendo las fotos, la carta, informaciones adicionales y demás. O mejor todavía; si son curiosos, hagan una reserva, vayan un día a comer o a cenar, o vayan a tomar algo si es un bar, y en ese momento están en pleno derecho de observar y curiosear tanto como quieran, pero tengan un poco de respeto al personal y no interrumpan, que a veces parecen el espontáneo que entra en el campo de deporte durante el partido para acercarse a su deportista preferido.

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