Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


La bisagra nazi de Schmitt

20/12/2022

No sé por dónde va a salir el tiro populista. Ellos tampoco. Sus contradicciones son patentes. Quienes denigran a Franco, los populistas: Errejón e Iglesias, adoran el pensamiento nazi más profundo, el de Carl Schmitt. Prueba fue que Errejón regaló a principios del 2016 a Pablo Iglesias la Teoría del Partisano, el bello libro de Schmitt. Los comentaristas políticos se extrañaron. Hoy, el estudioso del comunismo, Jimenez-Losantos, dice que Podemos es comunismo bolivariano y los actos tiran a ello. Y también señala un acercamiento al nacismo simbolizado en ese regalo entre los dirigentes podemitas. El populismo latinoamericano se apoya en el nazi Schmitt cuando desprestigia la dedicación política del intelectual. Podemos así lo hace. Sus activistas preferidos son 'mentes en blanco', imprimibles. Los insultos y discurso llevan orden del manual: fascista, xenófobo, racista. Días atrás, en idéntica prelación, gritaba desde las Cortes el quiosquero a Gallardo. Antes me lo decían a mí. El presidente de la Cortes retiraba la palabra al de la melena aniñada. Yo soporté con estoicismo y sin preocupación. La llegada de la cajera a ministra es otro desprecio más del intelectualismo. Schmitt dice complaciendo a Franco que: España tomó la primera decisión fundamental contra el comunismo europeo, antes que cualquier otro país. Al Herr Professor en España, Franco le proporcionó un Mercedes con chofer para sus viajes peninsulares. Pasó de exitoso profe a jubileta junto a Westfalia, en el 51. Estuvo en los campos de concentración y en el proceso de Nuremberg, mientras se preparaba en la política de Franco, que le ofrece a través de Calvo Serer ciclos de conferencias pagadas como medio de vida. Fue prima donna hasta que Franco le despojó al contrariarle, diciendo que él no estaba capacitado para nombrar sucesor a Juan Carlos. La izquierda del profesor Tierno y García Pelayo o Asís Cabrero se interesan en Schmitt. Le halagan. Fraga le nombra miembro de honor del Instituto de Estudios Políticos. Ahora Schmitt, como dice el profesor chileno Saralegui, vuelve a ser interlocutor de izquierda y derecha en una España envenenada.