Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Sin lamentos

11/09/2020

                 
No es tiempo para lamentarse, sino para reparar el daño hecho a ese universo armónico y fortalecerse en nuestras relaciones humanas, si en verdad queremos rehacernos y vivir. En consecuencia, entiendo que ha llegado el momento de hacer presente la ecuanimidad y la entereza en nuestras propias existencias, que siempre son mejorables. La cuestión es poner empeño en nuestros hábitos, hacerlos más éticos y saludables, el no abusar de nada y en utilizar la moderación como norma, máxime en un momento en el que más de un millón de especies se hallan en riesgo de extinción, en parte por esa degradación, tanto en tierra como en mar, gestada como fruto de nuestra propia actividad humana. Por desgracia, la biodiversidad de la tierra, su gran riqueza de vida, está disminuyendo a un ritmo jamás visto. Deberíamos, pues, corregir nuestro propio entorno, modificando actitudes, recomponiendo modos de actuar, porque el coronavirus paraliza el mundo, pero no el cambio climático, ya que las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono han continuado aumentando.
Indudablemente, estamos obligados a restablecer horizontes más poéticos que los actuales, donde la vida sea abundante, porque el amor nos reavive en cada esquina, con un aire  enfocado al bien común y con la garantía de que se logre otro brío menos derrochador. Necesitamos sanar y enmendarnos ante la codicia desenfrenada del consumo. También precisamos conservar la memoria y repensar sobre lo actuado. De igual modo, requerimos romper cadenas que nos esclavizan y coger aliento para acabar con actividades y propósitos destructivos y ociosos. En cualquier caso, no podemos continuar en este vacío, sin apenas tiempo para reposar y detenerse, pues si vital es caminar, también es fundamental pararse, aunque solo sea para recordar y verse  en una casa común como miembros de un mismo linaje. Por consiguiente, todas las celebraciones son necesarias y, en este sentido, aplaudo el mejor ejemplo de solidaridad entre naciones, la cooperación Sur-Sur, una manifestación de solidaridad entre pueblos y países que contribuye al bienestar de las poblaciones, su independencia colectiva y el logro de los objetivos de desarrollo acordados.