Inmersos en este largo puente de la Constitución o puente de diciembre, la fiesta por excelencia es la Inmaculada Concepción. Palencia ha vuelto a celebrar, iniciativa de la cofradía penitencial de Jesús Nazareno, el voto tradicional concepcionista, uno de los más antiguos de España. Una fiesta de gran arraigo español para proclamar la creencia de la Inmaculada Concepción de María. Somos la nación que más insistió antes de ser proclamado dogma por el papa Pío IX. Patrona de los Tercios de Flandes e Italia y del arma de Infantería. Una festividad que, tiene un carácter militar y bélico, además del religioso, por supuesto. 
Según la tradición el siete de diciembre de 1585, en la Guerra de los Ochenta años, en el monte Empel de la isla de Bommel, el Tercio del Maestre de Campo se enfrentaba al enemigo en condiciones muy adversas. Esa noche un soldado español se encontró una imagen de la Virgen mientras cavaba una trinchera. Era una tabla flamenca que reflejaba la Inmaculada Concepción de María. El ejército improvisó un altar a la Virgen y pasó toda la noche rezando. A la mañana siguiente el agua del río Mosa se había congelado, gracias a un viento inusual y tremendamente frío que sopló durante la noche, por lo que las tropas españolas pudieron retirarse de la encerrona. Marchando sobre el hielo, atacaron por sorpresa a sus enemigos y obtuvieron una victoria que parecía imposible.
Además de recordar el llamado milagro de Empel es tiempo de celebraciones, de resúmenes anuales, de merendolas de amigos y de cenas de empresa y galas con cualquier motivo, no sé si para celebrar Navidad anticipada o por aquello de esperar un nuevo año ilusionante. En general, se percibe una euforia contagiosa, anticipada de celebraciones, tras los pasados tiempos de restricciones por la pandemia. A quince días para Navidad se percibe alborozo, disfrute de compras, de regalos para agasajar a los que queremos para celebrar la llegada de la Luz. Diciembre, el mes menos luminoso, perdemos casi un minuto diario de luz. Celebramos el solsticio de invierno en los días más cortos del año, anhelando que el sol vuelva a ganar tiempo a las tinieblas.