Froilán de Lózar

La madeja

Froilán de Lózar


El trenín de Julián

21/01/2022

Es enternecedor y mueve a emoción la historia que cuenta el palentino Julián González Prieto desde León y que tiene como protagonista al Tren Burra. Emilio Gancedo, ahora vinculado al Instituto Leonés de Cultura, ya rescató la historia en su momento en el Diario de León y tiene este libro un entronque especial con el habla y la cultura terracampinos. Yo creo que se resume en unas frases, al inicio, cuando recuerda la impresión que le produjo ver desde La Cuatro al pueblo materno de Villafrades: «Noté el olor a historia del tabón húmedo, de la recién arada tierra, e hice memoria de momentos de mi infancia por estos lugares y de las gentes que tanto quería y me querían». Cuando llega al pueblo y decide pasear por sus calles, antes atolladas, y habla de sus casas 'trullás' y el caño de la fuente donde bebían a 'chinguete' o 'almuenza', percibiendo el olor de la paja 'aburada' al enrojar la lumbre de algún fogón o la hornacha de alguna trébede.
Es un libro de revisión de tantos conceptos olvidados: léxico terracampino, alistano y caló o romaní, lugares que han cambiado o desaparecido, costumbres y enseñanzas, todo ello sin perder de vista al trenín de su padre, que renquea, que resopla en las subidas, que se ralentiza como aquel de La Robla, lo que permite a los viajeros en determinados puntos del camino, bajar, echar una meada y de cuatro zancadas alcanzarle.
Te da a conocer un extenso vocabulario, que roza y sobrepasa al trabajo del filólogo palentino Carlos Vielba, que cada lunes recupero en Curiosón, y al que les invito para que conozcan expresiones, sensaciones, historias vivas de nuestra tierra madre.
En este libro de Julián González Prieto, abregonan los pájaros, se arma bureo, se llena el zamburrio y hay algún que otro sopañindón. Con los ojos de siete años, conoce como los montañeses la chanfaina y las albadas, que no es otra cosa que las sopas de ajo a fuego lento. En ese curioso libro el tártago es un dolor de espalda, la maza es un asiento y la halladura una vuelta de trillo. 
El Tren Burra, un libro abierto.

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