Antonio Álamo

Antonio Álamo


Rito

29/12/2022

Hubo un tiempo en que tal día como hoy, 29 de diciembre, la prensa escrita y en menor medida la radio dejaban un pequeño hueco en sus espacios para aclarar que algunas informaciones aparecidas el día anterior no eran realidad y que se trataban de pequeñas bromas surgidas al amparo del Día de los Inocentes. Aquella costumbre dio lugar a noticias sorprendentes luego desmentidas y poco a poco fue languideciendo, no ha desaparecido del todo, por no se sabe bien qué razones. Tenía su gracia a veces, no siempre, aunque en ocasiones la originalidad del embuste y su construcción tuvieron tanta sutileza que el engaño tardó en ser descubierto. Hay ejemplos divertidos pero no merece la pena recordarlos porque la actualidad en España ofrece una panoplia de hechos más sorprendentes que aquellas bromas cargadas hasta cierto punto de ingenuidad. Hay quien las llamaba inocentadas.
Esta columnita aparece los jueves pero como está escrita los martes por la tarde y enviada por la noche (por suerte no hubo tormenta solar y el correo electrónico funcionó) impide incluir referencias válidas sobre lo que de broma pudo aparecer ayer miércoles en la prensa. Mejor, mucho mejor… porque para bromas son mucho mejores algunas de las que aparecen en las portadas de los periódicos españoles y no están producidas por periodistas. O por miembros de la canalla. O plumillas. O juntaletras, como dicen quienes con tono despectivo piensan que así ofenden al colectivo. Pues no, mire usted, no nos lo tomamos mal. Y este año menos todavía.
Más que nada porque para nuestra aflicción la clase política ha anticipado la efeméride y nos ha quitado el protagonismo del Día de los Inocentes. Se nos han adelantado, vaya. Y a lo grande… las Cortes de Castilla y León, sin ir más lejos, nos han superado gracias a una votación inimaginable que para colmo ha dejado a la altura del betún a la brigada suicida que aparecía en La vida de Brian (1979), de Monty Python. Vean la escena de la película y comparen. Y si quedan dudas busquen Buenas noches, señoras y señores (1976), de Ettore Scola, y recréense con la presentación del telediario, a cargo de Marcello Mastroianni, al comienzo de la película ¿Para qué demonios vamos a pensar nosotros en inocentadas?