Ha sido buena idea ampliar las terrazas de los bares. Antes las personas que los vehículos, aunque hay quien se queja amargamente de no tener donde dejar el coche. La presente situación debe inducir un cambio radical en el chip mental de los gobernantes, Tendrán que reinventar los presupuestos para adaptar las ciudades a esta y sucesivas pandemias anunciadas por los virólogos. Ensanchar aceras, peatonalizar calles y construir aparcamientos subterráneos (en Palencia no estaría de más uno debajo de la plaza de la Constitución o de Isaac Peral). Reorganizar el hábitat urbano requiere tiempo y dinero, pero sobre todo voluntad política y buen oficio. La adaptación es para todos y cuando vienen mal dadas todos perdemos. En este punto tengo que hacer un apunte sobre las terrazas Covid-19. El Ayuntamiento ha permitido a los hosteleros ocupar aparcamientos. La medida es temporal pero llega en un momento oportuno para aprovechar el tirón del buen tiempo y el deseo de salir de casa después del penoso confinamiento. Todos queremos que la economía se mantenga en lo posible, que algunos trabajadores salgan del ERTE y las pequeñas empresas no se hundan del todo. Sin embargo, esta oportunidad no tiene que estar reñida con el ornato y el buen gusto. Hay terrazas que han crecido con esmero, da gusto verlas y sentarse en ellas, y otras que dan ganas de llorar. Una mano de pintura a los palés y unas flores de plástico es peccata minuta y crearían un ambiente agradable. Las hay con vallas de obra revestidas malamente que repelen. Una ciudad bonita como Palencia no merece esas instalaciones chaboleras. Ornato y decoro, señores hosteleros, es cuestión de escasa inversión y deferencia hacia la clientela y los paseantes. Podría el Ayuntamiento convocar un concurso, a ver si animan la imagen de la ciudad. www.elisadocio.com