Juanma Terceño

El hecho gastronómico

Juanma Terceño


Comprender el vino

22/12/2021

Así titula Pedro Ballesteros MW, pionero de los aún poquísimos Master of Wine nacidos en España, su libro que acaba de ver la luz.
Pedro es un ser extraordinario y generoso, que no se dedica profesionalmente al vino, que lleva viviendo varias décadas fuera de España, y con el que tener la oportunidad de juntarse supone aprender un montón de cosas mientras te lo pasas                     estupendamente.
Este lunes pude asistir a la presentación que hizo en Madrid de este Comprender el vino, lectura inminente para estas fechas, y no podía menos que dedicarle este espacio a uno de los grandes sabios del vino, por su mérito, por su bonhomía y por su aportación a todos los que amamos o nos dedicamos al vino desde cualquier ámbito. Y por supuesto por su amistad, que valoro enormemente.
Del libro nos dice Pedro que es fruto de lo que más le gusta del vino, que es pensarlo; en el que, sin aturullar con datos, pretende centrarse en hechos concretos, precisos, y en opiniones que tienen consecuencias en los perfiles del vino. Busca informar y opinar, criticar aportando otra manera o posible solución a aquello con lo que no está conforme, y ser una lectura apta para cualquiera, no sólo para los aficionados al vino.
Y en la presentación, nos dejó unas cuantas perlas que, aparte de para nuestra reflexión, sirven también para dejar claro el punto humanista de su pensamiento en torno al vino. Rescato dos de ellas que los que me conocen ya pueden anticipar voy a utilizar mucho porque me parecen verdaderas sentencias ejemplares:
«El gran vino se hace grande cuando hemos destruido un líquido y hemos construido una memoria», refiriéndose a la mitificación de una marca, a convertir en legendario o inolvidable el momento de la cata de ese vino, la oportunidad de haberlo probado, ya sea por su calidad, historia, leyenda, precio…
«El elemento más importante del terroir es el gaznate del consumidor». Una crítica muy lógica, con todo el sentido común, sobre cómo nos pasamos de vueltas con la importancia de algunos elementos como el terroir ante un consumidor que mayoritariamente no valora tanto frikismo y que quiere soluciones más fáciles en muchas ocasiones, como simplemente que le guste el producto.
Que pasen muy felices días.

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