José María Ruiz Ortega

Estampas rurales

José María Ruiz Ortega


Entre San Juan y San Pedro

26/06/2021

Entre San Juan y San Pedro, San Pelayo está en medio, es un refrán que alude fechas religiosas con una carga meteorológica por el tiempo tradicionalmente tormentoso. Así como, de creencias de carácter mágico  que pueden considerarse manifestaciones entre la religiosidad popular y arcaicas supersticiones. Las festividades populares, aunque puedan tener un origen religioso, se encuentran en el apartado del costumbrismo. Y como el cambio de estación al solsticio de verano se produce en estas fechas, es de sentir que coincidan esas fiestas con remotas tradiciones paganas. En el campo, ocurría la usanza en la caducidad de contratos de arrendamiento e inquietaba la continuidad laboral de pastores, con mudanzas en el trabajo y cambios de domicilio.
Si se despide el pastor «de San Pedro en adelante» o quita las cencerras a las ovejas, como señal de cambio de rebaño a partir de esta fecha. Pues en esta ocasión vamos a relacionar el refranero y aprovechamos que  entre San Juan y San Pedro, San Pelayo está en medio. Una conmemoración que se celebra hoy y le aplicamos una connotación lúdico-sanitaria con una nueva versión del refranero actualizado: «Por San Pelayo, quítate la mascarilla, aféitate la perilla y guarda el sayo». Porque cuando estemos al aire libre nos va tocar dar la cara, después de muchos meses encubiertos tras la máscara. Aunque es necesario recordar que esta prenda nos puede prevenir de contagios, incluso a los vacunados de esta cruel pandemia que aún está presente entre nosotros, con sus numerosas variantes.
Muy a menudo, las fiestas populares del fin del mes de junio se reagrupaban en torno a las de San Pedro, Príncipe de los Apóstoles, identificado por la Iglesia como el primer Papa. Así, las celebraciones de San Juan, sus hogueras, la magia de la noche más corta y la conmemoración del martirio conjunto con San Pablo. Pero también varios santos del martirologio se unen en estas fechas del solsticio de verano y en algunos lugares, estas fiestas, incorporaban destacados mercados y ferias, por la proximidad de la recolección cerealista y el trueque de ganado, aperos, suministros o mano de obra agostera.