Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Protección

06/07/2021

Hace tiempo, mucho tiempo, que el presente no lo vivimos como nos pertenece; y, por ende, el futuro tampoco nos entusiasma demasiado. Esto es muy grave, gravísimo. Sólo hay que ver la cantidad de personas que se suicidan jornada tras jornada. No podemos convertir la vida en un trágico sin vivir. A mi juicio, los gobiernos del mundo deberían marcarse el objetivo de elaborar una estrategia nacional integral de prevención de este tipo de trastornos mentales. 
El fenómeno del abandono nunca será la solución, claro que no. Uno por uno, nos merecemos sentirnos acompañados por alguien, con una asistencia personalizada y humana. En ocasiones, nos encontramos expuestos a una especie de invasión tecnológica que verdaderamente nos avasalla y de qué manera. Indudablemente, en la cultura de este bienestar material, el sentido de la vida en las situaciones de sufrimiento y limitación, se traduce a menudo en una pérdida de valores. Sólo parece movernos el corrupto interés.
En consecuencia, parece esencial hoy en día considerar ese presente como una presencia viva, que debe ayudar a llevar a cabo nuestras propias potencialidades humanas, como individuo y en el contexto social, con vistas a que juntos podamos salvaguardar ese otro cauce trascendental, la realización de la persona en un lugar donde se pueda vivir, con una morada digna y en un ambiente sano. Lamentablemente, cada día son más las personas excluidas y marginadas, que se encuentran sin trabajo, sin horizontes, sin salida alguna. Esto realmente sí que también es un suplicio. 
La falta de protección social hacia esas gentes, que todo lo soportan y aguantan, tiene que subsanarse. El amanecer próximo pasa por asistirnos unos a otros. La última enseñanza la podemos sustraer de la pandemia, que nos ha mostrado que solo unidos podremos cruzar horizontes y aclarar noches tenebrosas. Por tanto, es fundamental no arruinarnos el futuro, desperdiciando el presente, con  contiendas inútiles que nos disgregan; cuando en realidad, el que más y el que menos, necesita apoyo para caminar.