Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Bolsonaro insufla optimismo a Pedro Sánchez

06/10/2022

Pedro Sánchez necesitaba que alguien, o algo, le ofreciera argumentos para no dar credibilidad a las encuestas que le auguran grandes males electorales. Bolsonaro se los ha dado: contra todo pronóstico, no ha quedado fuera de juego.

Al contrario de lo que recogían los sondeos, que aseguraban que Lula da Silva iba a ganar de calle las elecciones del pasado domingo sin necesidad de ir a la segunda vuelta, y que Bolsonaro quedaba muy atrás en la intención de voto a más de diez puntos de distancia. Decían que los brasileños tenían clara su opción de gobierno, Lula, pero no ha sido así. Lula ha ganado por estrecho margen y en su equipo confiesan que el expresidente se encuentra no solo decepcionado sino preocupado.

Bolsonaro, ultraderechista recalcitrante, personaje muy cuestionado, se ha convertido en el nombre que da ánimo a Pedro Sánchez. Un perdedor de libro ha sorteado el primer obstáculo y se le abre incluso la posibilidad de que pueda ganar a Lula en la segunda vuelta y mantenerse en la presidencia. El que no se consuela es porque no quiere, y Pedro Sánchez encuentra consuelo en lo vivido por un dirigente político por el que no siente ninguna simpatía política ni personal, Jair Bolsonaro, que ha ganado a un Lula da Silva por el que Sánchez siente simpatía política y personal.

En España se han producido sonoros fracasos en los pronósticos electorales, aunque que en los últimos años las empresas han atinado bastante y, a la hora de "la cocina", sus responsables no solo se han dejado llevar por las respuestas directas de los encuestados sino también por lo que ellos mismos detectaban en la calle sustrayéndose al "ruido" de los candidatos y de los medios de comunicación. Se fiaban sobre todo de su intuición, de su nariz, de lo que olían en el ambiente electoral. Ahora, para angustia de Pedro Sánchez, afirman que Feijóo no es Casado; y que desde que el gallego saltó a la arena ha cambiado mucho la percepción que tienen un gran número de ciudadanos sobre el PP y su candidato.

Sánchez lucha contra las encuestas prometiendo lo que es imposible prometer sin llevar el Estado a la quiebra, pero la mayoría de los españoles tienen también su propia nariz, huelen el electoralismo a la legua y sobre todo están acostumbrados al incumplimiento de la palabra de Sánchez o, por decirlo más claramente, al engaño. Así que no es fácil que quiten la razón a los sondeos actuales, que siguen diciendo que no será ganador.

Falta mucho para las elecciones generales, pero Sánchez puede sentir la esperanza de cambiar las tornas. Como ha hecho Bolsonaro: partía como seguro perdedor ante Lula, ha escalado posiciones y no se descarta que pueda ganar las elecciones del próximo día 30-

Todo un chute de entusiasmo para un Sánchez que disimula el estado de ánimo en el que se encuentra. Decaído, según confiesa algún monclovita.