Javier San Segundo

Ajo, guindilla... y limón

Javier San Segundo


Mucho más    

19/12/2020

    
Desperezarse bajo las sábanas, en los albores del alba, rascándote ahí por dentro del pijama y procrastinar un poquito el autodespoje de las legañas con la dignidad que aporta la soledad del cuarto de baño debiera ser placentero, grato y delicioso. Pero hoy se me ha torcido el asunto. Siempre he confiado en el castellano; una lengua rica, vistosa, compleja, con ñ (la ñ mola, y sólo nosotros disfrutamos de ella)… y que multitud de insignes virtuosos han exprimido a sus anchas hasta la extenuación gozosa más placentera que puede disfrutar un lector. Y es por ello que me veo en la obligación de dar un toque de atención al organismo encargado de su gestión y desarrollo en aras de la justicia y responsabilidad que encierran las definiciones.
Todavía con el ojillo entreabierto y la soñarrera sin espabilar me ha dado por indagar en la definición exacta de ese oasis donde los sueños se cumplen y las decepciones se mitigan. Donde los desahogos se tornan en charlas interminables en una suerte de terapia incluida en el precio de la consumición… barato, barato, paisa…
Ese lugar que supone un centro de reunión, oficina casual, en la que los conflictos se resuelven con un trago en la mano; donde conversaciones de peso específico por su importancia derivan en charlas sobra todo, o sobre nada, por el simple hecho del disfrute sin mirar el reloj.
Ese espacio que ejerce las funciones de centro social en nuestros pueblos donde los imberbes despiertan a la madurez y las canas y las arrugas sientan las cátedras de la experiencia a golpe de sentencia y de respeto. Y que pasa lista en silencio a nuestros abuelos para su cuidado y vigilancia.
Ese despacho en el que depositar paquetes o tuppers de lentejas a la voz de «luego pasa mi hijo a por ello».  Ese faro en la tormenta cuyas candelas siempre lucen y acompaña y procura tranquilidad en los trayectos nocturnos por el plató donde se ruedan nuestras vidas. Porque si no, eso… plató, puro y duro, frío, inerte…
Ese cosmos que sirve de excusa para la cita, con el ‘te quiero’ en la sesera, buscando el momento de lanzarse a esa piscina que intuimos con agua y…¡¡¡zas !!  ¡¡¡Beso!!!
BAR.- Local en que se despachan bebidas que suelen tomarse de pie ante el mostrador.
Señores académicos… actualicen, actualicen. Un bar es mucho más.