Mientras a nivel nacional se habla (de momento, solo palabras) de Reconstrucción, en Castilla y León se ha firmado (o sea, más que palabras) un Pacto de Recuperación. Como quiera que únicamente se reconstruye lo que se ha destruido y se recupera lo que se ha perdido, aquí hemos optado por aliviar daños sin necesidad de tener que poner en pie lo que se ha venido abajo. Da la impresión de que reconstruir suena más fuerte y dramático que recuperar y no está el horno para andar asustando más a la gente, que todavía vive con el miedo en el cuerpo y en la cartera. El caso es que la Junta y los principales partidos regionales (PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos) más el provincial Por Ávila han suscrito un acuerdo pionero en España y que demuestra, matices aparte, que cuando los políticos quieren, pueden. Es decir que los acuerdos dependen más de la voluntad de los negociadores que de sus ideologías. Y demuestra también que si la oposición está por la labor es más fácil llegar al consenso que si opta por tumbar, al precio que sea, a los gobiernos legítimos. Una pequeña lección que Mañueco debería trasladar a Pablo Casado en cualquier video-conferencia al uso. Y también tendría que contarle que las negociaciones no han sido tan difíciles y que las 84 medidas pactadas las puede asumir cualquiera que anteponga el bien común a intereses particulares y cualquiera que esté dispuesto a ceder en sus planteamientos iniciales en aras del armisticio. No es tan complicado, no. Quizás ahora lo más complicado sea poner en práctica muchas de esas medidas y hacer un seguimiento concreto y riguroso de su cumplimiento. Y lo digo porque algunas de ellas (verbigracia: la supresión de trámites burocráticos) se vienen anunciando desde el Diluvio Universal para acá y no hay manera de que se hagan efectivas. Al año siguiente se aprueban de nuevo. Y al siguiente. Y al siguiente. A ver si esta vez… Y a ver si las inversiones previstas en Sanidad, fondo Covid para ayuntamientos, apoyo a colectivos vulnerables, Educación, etc se efectúan. A la espera de buenas noticias, bienvenido el Pacto por la Recuperación. Y que dure.