Elisa Docio Herrero

A vuela pluma

Elisa Docio Herrero


India y el horror  

02/05/2021

Espeluznantes imágenes nos muestran extensos campos con hogueras ardiendo. Debajo de cada una se quema un cuerpo humano que ha terminado su peregrinación por esta vida a causa del Covid. Unos 3.000 fallecidos diarios y un millón de contagiados cada dos-tres días. Resulta curioso que sean, precisamente, de ese país, uno de los mayores productores de vacunas del mundo contra enfermedades históricas como difteria, tos ferina, tétanos, tuberculosis y sarampión. Serum Institute of India enseguida adaptó su capacidad para producir 1.000 millones de dosis de la vacuna AstraZeneca (Oxford) que exportaba a otros países, ahora ya no, y la farmacéutica Bharat Biotech produce vacuna nacional Covaxin. Pero la India ha comenzado a adoptar medidas restrictivas muy tarde, se dice que para evitar desprestigiar al primer ministro. Son 1.300 millones de almas a los que tienen que llegar las vacunas y se enfrentan con varios obstáculos. En un principio, los propios sanitarios se opusieron a vacunarse porque consideraban que no había suficiente garantía con los ensayos clínicos realizados. Otro problema surgió con las variantes infecciosas detectadas, mucho más contagiosas. Además, y a pesar de la gran infraestructura sanitaria desplegada, es difícil hacer llegar los viales en condiciones óptimas hasta los confines del territorio en las zonas del Himalaya, unido a la falta de censos y bases de datos fiables. Primero fueron EEUU y Brasil, ahora India. Cuando un territorio parece controlado salta la debacle por otro. Estamos aprendiendo a tener paciencia, a valorar la salud por encima de cualquier otro objetivo, a desear que la pesadilla pase pronto y saquemos conclusiones beneficiosas que a medio y largo plazo puedan mejorar la vida humana en todos los rincones del planeta y ante desastres inesperados.                       www.elisadocio.com