Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Don Miguel

15/10/2020

Por haber nacido en 1920, Miguel Delibes se libró de la pandemia de la gripe española, pero no así de la Covid, cuya incidencia impacta de lleno contra su Centenario, como lo hace sobre el de Pérez Galdós, otro damnificado. No dejemos que esta tragedia mundial nos deje en España sin reflexionar sobre la dimensión del escritor vallisoletana. Leyendolo. Al fin y al cabo, la historia se está repitiendo de un modo tan milimétrico que vale la pena recuperarlo para aprender de él lo que no sabemos.
El talento castellanísimo y la maestría en el manejo del idioma, la capacidad demiúrgica en la creación de prototipos vestidos de personajes, la pintura del paisaje y la huella, la inmensa huella dejada por un escritor que, afortunadamente, tuvo su reconocimiento en vida y lo tiene, reforzado, ya fallecido.
Ahora que la naturaleza nos golpea con un coletazo brutal a través del coronavirus, la faceta naturalista, la permanente reivindicación del equilibrio entre el hombre y la tierra, de don Miguel es otra lección indispensable cuyo aprendizaje no tendríamos que echar en saco roto. La caza es el reequilibrio natural de los ecosistemas.
Y en fin, cuando estamos volviendo hacia nosotros mismos, mirándonos hacia dentro, confinados, este centenario nos ofrece una oportunidad indiscutible para una reflexión profunda sobre el hombre, su destino y su inserción en el tiempo y el espacio. La solvencia castellana y la presencia permanente de sus familiares en el encuentro entre un ser histórico y el tiempo presente hacen aún más significativo una efeméride como esta.
Miguel Delibes nació hace 100 años este domingo y su vigencia se extenderá en el tiempo mucho más. El periodista, el cronista, el viajero, el cazador: pluriforme personaje a cuya vigencia deberíamos aplicarnos todos nosotros.